Bengtson ante el desafío de no ser solo un nombre

Mientras se seca el sudor de la frente y luego de tomarse la última de varias fotos, Jerry Bengtson le pregunta a un niño que si el selfi quedó bien. 'Todo bien', le respondió el pequeño mirándolo con asombro.

Con esa frase se despidió el último jugador del Deportivo Saprissa en salir del campo del Estadio Edgardo Baltodano de Liberia, una vez finalizado el partido del domingo.

La tarde había sido especial para Bengtson, pues el fútbol lo pone de frente con su destino, como si su presente fuera una copia al carbón de su pasado reciente, pero con la responsabilidad de demostrar que no fue un fichaje que se va a quedar en nombre y currículo.

En su debut en el torneo pasado inició con gol desde el manchón blanco, pero al final lo que comenzó bien terminó en sinsabor, lleno de sanciones y con falta de goles (solo anotó tres).

Ahora, el destino lo puso de nuevo a once pasos del portero en un inicio de certamen. El resultado fue el mismo: anotó y de paso se quitó la presión de marcar su primer gol en el torneo.

En este caso no habrá sanción por video para el hondureño, como en el Apertura (por fingir la falta de penal, según el Disciplinario), pues esta vez, tanto en el estadio como en las tomas de televisión, se vio que la falta del liberiano es clarísima.

Bengtson transpira pasividad como si el alma le resbalara por el cuerpo; se aferra a la frase de que pasado es pasado y ahora debe continuar.

Buen arranque. En Liberia, el jugador continuó demostrando que tiene buenos movimientos y velocidad, cuando le tocó enfrentarse a los...

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