Brumosos eufóricos vuelven a vestir con orgullo su camiseta

El triunfo del Cartaginés ante Herediano in extremis despertó un sentimiento que estaba dormido en la afición brumosa. La amargura y el sufrimiento que cargaron los blanquiazules en los últimos años quedó en el olvido al minuto 89 del partido disputado en casa el domingo.Quienes fueron al Fello Meza difícilmente conciliaron el sueño y, posiblemente, les pasó lo mismo a quienes vieron el juego por tele: habían dejado tendido al archirrival y, de paso, a su extécnico Paulo Wanchope.La fiesta se alargó esa noche fría y lluviosa cuando la hinchada incluso esperó a los jugadores en las afueras del estadio, y este jueves, el ánimo siguió por las nubes, con un sabor dulce y esa resaca de felicidad que llevó a más de uno a ponerse la camiseta.En la Vieja Metrópoli, las camisetas de Cartaginés se veían en cada rincón; cualquier oportunidad era buena para hablar de un equipo que resurgió y en el que, nuevamente, creen.'Lo que pasó ante Herediano nos caló, necesitábamos ese desquite contra Wanchope y contra su equipo actual. Por supuesto que debíamos andar con la camiseta bien puesta', manifestó Sofía Leiva.Eso sí, la mesura que muestran los jugadores se repite en la afición y el tema de ser campeones no figura en su vocabulario. Por ahora, se enfocan en clasificar y alejar el...

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