El cerebro también juega malas pasadas

A todos nos ha sucedido con diferentes matices: comenzamos a buscar las llaves de la casa y no las encontramos. Después de registrar toda la vivienda sin hallarlas, abrimos la refrigeradora y ahí están las dichosas llaves. ¿Cómo llegaron hasta ese lugar?Esas son las malas pasadas que el exceso de estrés y el cansancio le pueden jugar al cerebro.Algunas situaciones son jocosas y hasta ridículas, pero otras pueden causar daños serios.Ejemplos de lo anterior hay muchos. Uno puede ser el del cirujano que, después de salvar la vida de su paciente, olvida algún instrumento quirúrgico dentro del cuerpo de este. Ese olvido lo provoca el cansancio acumulado.¿Significa esto que el cirujano de esa historia sea un irresponsable o peor, que no le dé importancia a lo que sucedía?La respuesta es un rotundo no. Lo que sucede es que el cerebro tiene un límite y en los momentos en que las presiones, el agotamiento y la falta de sueño se juntan, se transforma el funcionamiento de este órgano, que puede volverse en nuestra contra.En el 2012, un estudio delCentro de Investigación AMES,de la NASA, publicado en larevista Current Directions in Psychological Science, destacó que, muchas veces, la intención de hacer otra cosa diferente después de lo que hemos estado realizando, se mezcla con otras tareas. Es ahí cuando se corre el riesgo de perder la concentración del plan original.Esto depende de varios procesos cognitivos, entre los cuales están planear, concentrarse, atender y administrar las tareas.Frecuentes. Los descuidos o 'traiciones' de la memoria son comunes todos los días. En su mayoría, solo son situaciones curiosas y pueden causar molestia, pero otras veces pueden tener consecuencias dramáticas.'Cada verano, varios niños pequeños mueren en carros cuando sus padres los dejan en el auto y se les olvida que el menor duerme quietamente en el asiento de atrás', comentó Key Dismukes, coordinador delestudio.Los investigadores hallaron que, muchas veces, esto se debía a que la persona era interrumpida en su tarea y esta quedaba a medio hacer; a pesar de eso, la persona ya la consideraba hecha.Para el especialista del Centro de Investigación en Neurociencias de la Universidad de Costa Rica (UCR), Jaime Fornaguera, el cerebro es limitado y no puede ocuparse de una infinita cantidad de cosas, como suele demandar el mundo moderno.'El cerebro depende muchísimo de prioridades, pero estas prioridades cambian mucho. ¿Por qué y con base en qué prioriza una persona? Eso ya es más...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR