Una chispa en un precario podría acabar con vidas

'Si una casa se prende, se va todo esto', dice Marvel Rodríguez, mientras apunta, con la barbilla, hacia los otros ranchos del precario Triángulo de la Solidaridad, en San Gabriel de Calle Blancos.'Cuando hay chispa allá (al final de la hilera), salimos todos corriendo a bajar las cuchillas', añade la mujer.Son las 10: 30 a. m. del lunes 14 de abril. Un equipo de La Nación hace un recorrido por la zona, junto a los expertos del Cuerpo de Bomberos, Jacinto Saborío y Wílliam Hidalgo, y con el apoyo de la Fuerza Pública.Apenas, al entrar, se notan las condiciones que convierten a los precarios en 'bombas de tiempo' para incendios que podrían acabar con vidas, según Bomberos.Lo mismo se ve en La Carpio ( La Uruca) y en otros 13 asentamientos identificados por Bomberos como los de mayor riesgo, por la cantidad de incidentes que presentan.Solo en la fila en la que vive Marvel hay más de más de 100 casas apuñadas. Unas pocas cuentan con su propio medidor de electricidad y muchas otras se conectan al de algún vecino, quien se beneficia del cobro a los demás.Una maraña de cables de materiales inadecuados para instalaciones eléctricas envuelve al caserío. En algunos puntos, los alambres cuelgan, seductores a las manos de los niños.Es el escenario ideal para un cortocircuito. Según Bomberos, las emergencias, por esas fallas, aumentaron un 41% entre el 2012 y el 2013, al pasar de 3.372 a 4.751. Una buena parte fueron en precarios.Este año no se queda atrás. El 20 de marzo, un daño eléctrico causó un siniestro que dejó sin casa a más de 200 personas en el caserío Caro Quintero, en La California, en el distrito de Río Segundo de Alajuela.El suceso pudo ser peor, según las autoridades, pues los vecinos salieron ilesos.Según la Encuesta Nacional de Hogares del 2013, en Costa Rica hay 6.600 viviendas ubicadas en precarios, en las que habitan 27.900 personas.Encierros. A las malas instalaciones eléctricas se unen otros factores que dificultan el trabajo de los bomberos al apagar un fuego.Los laberintos estrechos que sirven de caminos y las casas enrejadas como cárceles impiden el ingreso rápido de funcionarios, camiones y maquinaria.'Por ejemplo, si hay un incendio en la parte trasera de la casa, ¿cómo entramos?', cuestiona Saborío...

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