Ciudad Cortés y Palmar vivieron la 'llena más grande'

Ciudad Cortés y Palmar, Osa. Las calles se convirtieron en ríos. Los vehículos se sustituyeron por botes. Las casas quedaron casi sumergidas, muchas de estas no sobrevivieron tras la embestida de la tormenta Nate, pues en algunas zonas el agua alcanzó los tres metros de altura.

'Fue la llena más grande, normalmente (el agua) no pasa de la rodilla. Fue mas brava y más mala', comenta Virginia Ibarra, de 57 años y vecina del barrio Embarcadero, en Ciudad Cortés, que colinda con el río Grande de Térraba, el más grande del país.

En la casa que habita, ella ha afrontado los efectos de cuatro huracanes: Juana en 1988, César (1996), Mitch (1998) y Tomas (2010). No obstante, insiste en que nada se compara con lo que vivió en las primeras horas del jueves de esta semana, con la llegada de Nate.

Con ella coincide José Ángel Lezcano, de 75 años: 'Nunca he visto un desastre como este. Con costos salimos de la casa, tuvo que venir un nieto mío en bote a sacarme'.

Ambos perdieron casi todo lo que tenían en sus viviendas y lo que quedó se encuentra cubierto por el barro.

Virginia Ibarra salvó una refrigeradora, que sacó antes de que se inundara su casa. No tuvo la misma suerte con su cama, pese a que la amarró a las vigas del techo. El agua llegó hasta el colchón, a poco más de dos metros de altura.

La tormenta Nate azotó, con la misma fuerza, Palmar Norte y Sur. Vera Guido Rosales se quedó solo con la mitad de su casa en Palmar Norte, la otra mitad se la llevó el Térraba. Su vecina no corrió con la misma suerte. De su vivienda solo quedó el inodoro en pie, la pila quedó enterrada en el fango.

'He vivido tres huracanes y nunca había vivido algo así. El río nos traicionó. Vivimos momento de temor, de miedo, pero también se fortaleció la relación con los vecinos; nos ayudábamos unos a otros', relató.

Ella se negó a ir a un albergue -de los siete que la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) instaló en la zona-; no quería dejar a sus cinco perros solos.

El oceanógrafo Omar Lizano advierte de que el calentamiento global provocará que esos cambios abruptos en el clima sean no solo más constantes, sino también mucho más intensos y fuertes.

Antes daba más 'chance'. A Nery Lázaro, de Finca 1 en Palmar Sur, tuvieron que ir a rescatarlo cuando ya tenía el agua casi hasta el cuello. 'No fue igual a los anteriores; antes nos daba chance de sacar algunas cosas; esta vez , no. Si no nos vienen a sacar, nos ahogamos', narró.

Él salió en la panga de un vecino, así como...

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