Comandancia de Heredia revive su pasado carcelario

Empezaba la década de los 30 del siglo XX y José Joaquín Zúñiga Vílchez era un niñito de origen muy humilde, que recorría las calles de Heredia de la mano de su mamá. El chiquillo, de pies descalzos y pantalones cortos, quedaba boquiabierto ante un enorme edificio, diagonal a su casa, custodiado siempre por policías armados con rifles y vestidos con uniformes impecables.'Yo tenía como cuatro años y en esa época uno era muy respetuoso de la Policía, les teníamos miedo. Me acuerdo de que sonaba un clarín a las 6 de la mañana, al mediodía y otro a las 6 de la tarde', rememora hoy este herediano a sus 86 años.El niño no tenía idea de que tiempo después, su padre, su madre y él mismo pasarían encerrados entre los fríos muros de aquel edificio construido para albergar la cárcel de Heredia. 'A mi papá lo apresaron solo por ir en contra del Gobierno. Estuvo en prisión como 22 días con don Lalo (Uladislao) Gámez y otras personas. A mí mamá la encerraron una tarde y la soltaron', narró este excombatiente de la Guerra Civil de 1948.Saber que sus padres estaban presos fue razón suficiente para que el joven se inyectara de valor y decidiera unirse a la Revolución como parte de la Legión Caribe.Ese inmueble -que se terminó de construir en julio de 1908- es representativo de la arquitectura carcelaria de Costa Rica y ha sido testigo de importantes acontecimientos históricos. Actualmente, aloja a la Comandancia de Heredia; sin embargo, el peso de los años, los azotes del clima y la falta de mantenimiento lo sumieron en un estado de conservación deplorable.Un proyecto de restauración financiado y desarrollado por el Centro de Patrimonio del Ministerio de Cultura invertirá ¢450 millones para devolverle a este inmueble no solo su belleza original sino su funcionalidad, pues será rehabilitado para ser utilizado en su totalidad por la Fuerza Pública de Heredia.La mirada de don José Joaquín se diluía entre nubes de polvo, tablas viejas, bloques de concreto, láminas de cinc, taladros, mezcladoras, cables, carretillos y escombros que auguran una transformación radical del edificio.'Yo también estuve preso aquí por pensión, no me da pena decirlo. Este lugar no me trae buenos recuerdos, pero creo que es muy importante que las nuevas generaciones conozcan los...

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