Creen que pueden jugar con él...

Muchos futbolistas creen que pueden jugar con él, hacerle lo que se les antoje, dejarlo en ridículo, reírse en su cara, maltratarlo, rebajarlo, golpear su autoestima, ignorarlo, propinarle una abundante dosis de bullyng, demostrarle que ellos son superiores, pisotearlo, estrujarlo, patearlo, despreciarlo, avergonzarlo.Viven engañados. Es él quien se divierte con ellos.Abundan los jugadores que tienen la osadía de pasarle el balón entre las piernas, sacarlo de balance con una finta, bailarlo al grito de ole que se escucha desde las tribunas, marearlo con jugadas de pared, esconderle la bola, descontrolarlo con pases de taquito, hacerle el sombrero, engañarlo con una vaselina, sorprenderlo con una bicicleta.Nada más lejos de la realidad. Es él quien se luce con ellos. Tampoco faltan los enemigos del Fair Play que en cada partido lo empujan, codean, zancadillean, muerden, pellizcan, sujetan de la camiseta, se le barren por detrás, lo marcan con arteras intenciones, le hacen el banquillo, le estrellan la pelota en la cara cuando se encuentra en el suelo, se apoyan en sus hombros para saltar más alto.¡Ilusos! Es él quien se sale con la suya a punta de maña.Allí están también los que piensan que son capaces de manipularlo, administrarlo, controlarlo, manejarlo, dominarlo, gobernarlo, explotarlo...

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