Crónica: El mejor Pemberton frena a un Alajuelense con la brújula perdida

Contundencia, una palabra fuerte, muchas veces impronunciable. No importante cuantas veces se repita, la Liga no la encontró nunca en el diccionario. No anotó Alajuelense, por primera vez en 23 partidos. Hizo lo suficiente, pero perdonó como no lo había hecho antes en el torneo. Quizás tenga razón Jonathan McDonald cuando dice que un empate fuera de casa es positivo, aunque por lo visto en la cancha, sería iluso afirmar algo así.De la tarde-noche superlativa de Patrick Pemberton nadie duda, pero tampoco de la falta de efectividad manuda para romper una zaga que le ofreció muchas libertades en los primeros 30 minutos. Basta con mirar la primera jugada del partido, cuando Carlos Acosta cometió un error en salida que le permitió a Marco Ureña tener el primer mano a mano frente al arquero, al 2′.Rozó Patrick el balón para desviarlo con lo justo y evitar la anotación, una tendencia que se repitió con tanta frecuencia, que la Liga generó 11 ocasiones claras de gol, insuficientes para superarlo; tampoco fue el día de Ureña, con la brújula extraviada cuando se aproximó al arco.No disminuyó el volumen ofensivo de Alajuelense, fiel a la premisa de aprovechar la velocidad y las diagonales de sus ofensivos, capaz de presionar al campeón y asfixiarlo en salida.Le costó un mundo a Luis Marín y a su equipo encontrar el trazo limpio. Ni Rudy Dawson ni Álvaro Aguilar asumieron esta función, tampoco fue el mejor día de Carlos Acosta.La falta de acierto en el pase obligó a los norteños a jugar largo (casi siempre) para utilizar a Álvaro Saborío como un pivot que le permitiera a los volantes ganar el segundo balón. Así fue como, después de 30 minutos de pesadilla, equilibró...

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