¿Por qué debemos escuchar a Obama?

La semana pasada, Barack Obama habló sobre cambio climático en una conferencia celebrada en Alaska.

Por la seriedad de la alerta y por el rango de quien la emite, tuve una fantasía: Supongamos que el consumismo, y la actividad económica a la cual da lugar, son los causantes de la amenaza climática planetaria. Y que grandes proporciones de la población mundial deben tomar la decisión de cambiar sus hábitos de consumo para hacerlos más amistosos con el planeta. Ese cambio en los patrones de consumo producirá, al menos en el corto y mediano plazos, una disminución de la contaminación, pero también de la actividad económica y del ingreso planetarios. O sea que nos haremos más pobres. Pero supongamos que eso salvaría al planeta.

Imaginemos que quedara muy claro que, si no modificamos nuestro consumo, contribuiremos a que Bangladés se vea cubierto por el agua. Con los medios disponibles hoy, podríamos tener información confiable de cuántos bangladesíes perecerán (y cuándo), a causa de la elevación del nivel del mar. Y podríamos también saber en cuánto contribuiría a esa tragedia la próxima camisa que compráramos o el próximo tanque de gasolina que llenáramos.

¿Estaríamos dispuestos a cambiar nuestros hábitos ante esa información?¿O le daremos un extravalor a nuestra camisa...

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