En defensa de Varoufakis, el exministro de Hacienda griego

Mohamed A. El-Erian

L ondres. Se ha puesto de moda menospreciar a Yanis Varoufakis, exministro de Hacienda de Grecia: desde culparlo por el nuevo desplome de la economía griega hasta acusarlo de tramar ilegalmente la salida de Grecia de la zona del euro. Aunque no lo he conocido ni he hablado con él, creo que está recibiendo un rapapolvo (cada vez más fuerte) que no se merece. En ese proceso, se está desviando la atención de las cuestiones fundamentales relativas a la capacidad de Grecia para recuperarse y prosperar, tanto si permanece en la zona del euro como si decide salir de ella.

Esa es la razón por la que es importante tomar nota de las ideas que Varoufakis sigue encarnando. Los griegos y otros pueden criticarlo por aplicar su programa con demasiado poca cortesía mientras ocupó su puesto, pero la esencia de dicho programa era -y sigue siendo- en gran medida correcta.

Tras una impresionante victoria en las elecciones de su partido Syriza en enero pasado, el primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, nombró a Varoufakis para que dirigiera las delicadas negociaciones con los acreedores del país. Su mandato era el de renovar totalmente la relación de dos formas importantes: volver sus condiciones más favorables para el crecimiento económico y la creación de empleo, y restablecer el equilibrio y la dignidad en el trato a Grecia por parte de sus socios europeos y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Esos objetivos reflejaban la frustración y la decepción experimentadas por Grecia con dos planes de rescate administrados por 'las instituciones' (la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI). En su aplicación, Varoufakis se sintió respaldado por la magnitud de la victoria electoral de Syriza y obligado por la lógica económica a insistir en tres cuestiones que, según creen muchos economistas, se deben abordar, si se quiere restablecer un crecimiento sostenido: una austeridad menor y más inteligente, reformas estructurales que estén más al servicio de objetivos sociales y reducción de la deuda.

Dichas cuestiones siguen siendo pertinentes hoy, cuando Varoufakis ya no está en el Gobierno, como lo eran cuando las planteaba durante sus visitas a las capitales europeas y en unas tensas negociaciones hasta las tantas de la noche en Bruselas. De hecho, muchos observadores consideran el acuerdo para un tercer programa de rescate al que llegó Grecia con sus acreedores -apenas una semana después de que Varoufakis dimitiera- como más de lo...

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