¿Despintando a Pinto?

Si yo fuese Eduardo Li le habría pedido la renuncia al sicólogo -sociólogo, Jaime Perozzo, y después presento la mía. Al colombiano, porque después de 23 años fue incapaz de conocer al Jorge Luis Pinto que dice, apareció en Brasil como por arte de magia, y siendo el encargado de armonizar y contener, no lo pudo hacer y se puso al lado de uno de los bandos.El señor Presidente y todos sus compañeros debían irse porque, si lo que dicen es cierto, soportaron los arrebatos y faltas de respeto de Pinto durante dos años y medio, renunciando a un derecho y obligación ineludible, de salvaguardar la integridad de los jugadores, administrativos y resto del cuerpo técnico ante 'las furias del entrenador'.Pero creo que aquí hay gato encerrado. Si sobran ejemplos de que ya desde Denver venían 'las humillaciones y altercados', no hay ninguna razón para que no hubiesen actuado. A menos que todo se esté ahora maximizando, en aras de un arrebato de ira del presidente Li y una campaña orquestada para desquitarse de Pinto y justificar su salida.Por otro lado, los mismos federativos se echaron encima parte de la gloria después del Mundial, cobijados por el manto de Pinto. ¿O no reclamó mérito el presidente por haber mantenido al entrenador pese a que 'casi todos pedían su cabeza'?Digo que hay una campaña porque solo eso justifica que Luis Gabelo Conejo (a quien respeto) diga que el mérito es en un 80 por ciento de los jugadores, secundado por otros integrantes del proceso, cuando hasta un ciego ve que la puesta en escena en Brasil no puede ser obra de la inspiración, ni de una terapia, una...

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