Deterioro carcome millonaria restauración de la Merced

Como si hubiera retrocedido en el tiempo, la iglesia de la Merced es víctima de nuevo de la humedad, las palomas, los indigentes y la falta de recursos para poder mantenerse en pie.

Uno de los templos icónicos de San José se encuentra en estado crítico pese a inversiones millonarias (públicas y privadas) realizadas a lo largo de dos décadas.

Tras quedar casi lista para convertirse en un templo-museo, como los existentes en Europa, la Merced corre, ahora, el riesgo de morir de manera fulminante en un incendio, debido al mal estado de sus instalaciones eléctricas.

Al mismo tiempo, heces humanas corroen sus paredes externas y las plegarias de los pocos fieles que ingresan se mezclan con el arrullo de las palomas que viven junto a las imágenes de santos y vírgenes y cuyos excrementos dañan los techos.

La restauración de este templo comenzó en 1999, cuando recibió ¢100 millones del Ministerio de Cultura tras ganar el concurso Salvemos nuestro patrimonio . Por ocho años (2002-2010) hubo obras y, aunque la Iglesia católica le inyectó cerca de ¢400 millones adicionales, no terminaron por razones administrativas. Así, el ciclo de deterioro se reinició.

Los problemas. Hoy basta con elevar la mirada para notar los helechos y otras plantas creciendo en los tejados; hay rastros visibles de la humedad que afecta las paredes y los indigentes deambulan por el templo en busca de un rincón para dormir.

La situación empeora al cruzar la puerta principal: una banca quebrada recibe a los fieles, quienes además deben esquivar las heces de las palomas.

De hecho, todas las imágenes religiosas, ya sea esculturas o pinturas están 'bañadas' por el excremento de las aves, que se posan en puertas, cabezas de los santos y en las columnas que dan soporte a este inmueble.

Los intentos por detenerlas con un cedazo que cubre la mitad de las entradas es inútil y hasta absurdo, si se estima que pueden ingresar sin problema tanto por puertas como por ventanas.

Leonel Chacón, cura párroco de la Merced, reconoció el problema. Aseguró que es lamentable que un lugar declarado patrimonio sufra de esta manera.

'Las palomas llevan semillas y las ponen en la torre. Ahí crecen árboles que agrietan la estructura. Para quitar las plantas se requiere de maquinaria especial, pero no la he podido conseguir', manifestó Chacón.

'La iglesia está fea, uno que la está administrando se siente cohibido porque no se pueden...

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