El día en que Centeno derrote al Rey Paté será mejor técnico

No hay forma, lo sé, de separar a Wálter Centeno del "Rey Paté". Digamos, tan solo para efectos de esta columna, que el Rey Paté es el ídolo, obligado a no defraudar, llamado a marcar diferencia, imponer un estilo, convertir el fútbol en arte, deleitar con el toque y toque, el fan de sí mismo, discípulo a la distancia del Pep Guardiola, el que tiene prohibido no ser especial. El idealista incomprendido. Wálter Centeno, en cambio, es todo lo demás: el técnico de Saprissa, talentoso aunque novato en disputas de títulos, ambicioso, trabajador, con un inagotable deseo de triunfo y superación.Wálter Centeno ve, piensa y aprende. Incluso le hace retoques a su idea de juego (sin mencionarlo mucho en público). Para comprobarlo, bastaría tomar un video de sus primeros juegos en el banquillo morado y compararlo con los más recientes. El abuso de los pases horizontales poco a poco ha dado paso a balones filtrados hacia el frente. Los pelotazos dejaron de ser prohibidos, muy a pesar de alguna infaltable "torta" en el ideal de salir jugando. Ya no hace falta entrar con todo y bola al marco rival; si urge el envío aéreo hacia el corazón del área, tampoco rasgará su camiseta.Wálter Centeno incluso sorprendió previo a la semifinal contra Pérez Zeledón calificando aquello como un duelo rico para el análisis, con dos estilos muy distintos de juego. Por fin, ¡aleluya!, en su verbo existen diferentes estilos (así, en plural).Tal apertura incluso le favorece, cuando se juzgue que el Saprissa de Vladimir Quesada y el suyo ostentan casi idéntico rendimiento (56% Quesada; 57% Centeno). Entonces, uno puede verlos sin drama ni amarillismo como dos caminos distintos para llegar a Roma. Tan bueno uno como el otro, mientras no entremos a señalar que el sacrificado Quesada llegó al Coliseo (en dos finales) y Centeno lo miró desde afuera. De vuelta al similar balance de triunfos, empates y derrotas, el cambio tendría sentido tan solo si Saprissa prefiere un estilo sobre el otro.El de Wálter Centeno podría llevar al título; incluso a los títulos (así, en plural), por qué no, aunque de momento haya perdido ante un San Carlos que se adaptó a la ocasión. Ante Herediano, obligado por el marcador, se lanzó al ataque; contra Saprissa, se resguardó. En eso, Luis Marín le lleva ventaja: no siente remordimiento al defenderse sin balón. También desea la pelota, pero si no puede tenerla, se ajusta.También difieren en la concepción del Director Técnico. En Teoría del fútbol según...

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