'Nos fuimos cuando nos dijeron que nos matarían'

El 8 de enero del 2010, un policía judicial alertó al exfiscal Eduardo Máximo Miranda de que él y María Guadalupe Martínez serían detenidos para ser llevados al cuartel militar de Ciudad Juárez.Martínez, jefa de la Unidad de Delitos Patrimoniales y Extorsiones, en Ciudad Juárez, se encontraba de vacaciones desde diciembre del 2009.Según relataron los exfiscales a La Nación durante una entrevista, se fueron de México cuando les dijeron que los iban a matar.'Nos fuimos cuando nos dijeron que nos matarían, si seguíamos con las investigaciones. Hubo amenazas de muerte, persecuciones que ponían en riesgo mi vida por las investigaciones en las que quienes delinquían era personal que pertenecía a grupos del crimen organizado e infiltrados en la Procuraduría', dijo Martínez.Tras la alerta de que ambos serían detenidos, viajaron a Costa Rica: Miranda entró por el aeropuerto internacional Juan Santamaría, pasada la medianoche del 10 de enero del 2010, y Martínez lo hizo hacia la 1:50 p. m. por la misma terminal.'Nosotros no veníamos huyendo por la comisión de algún delito, no había ningún proceso o investigación en contra de nosotros', cuenta Martínez.Cuatro días después, ambos fiscales acudieron a la Embajada de México en Costa Rica y presentaron dos cartas de renuncia como fiscales de la Procuraduría General, y entregaron sus gafetes y placas metálicas.Los funcionarios explicaron en dos oficios dirigidos a la procuradora general de ese momento, Patricia González, que se iban porque pretendieron involucrarlos en actos irregulares dentro de la institución...

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