La disputa por las simpatías del público

Los partidos ante los campeones del mundo también se jugaron fuera de la cancha.Aunque no lo supieron, Argentina, Brasil y España se batieron en una especie de triangular de relaciones públicas en el gusto del pueblo tico.El claro perdedor de este triple duelo fue la selección albiceleste, la que más expectativas despertó en la previa de su visita.Tal entusiasmo se disparó por la venida de Lionel Messi, el mejor jugador del mundo, y por la euforia de la semana de apertura del nuevo Estadio Nacional.Sin embargo, los argentinos se comportaron distantes, para decirlo en palabras amables, y tuvieron un contacto escaso y nulo con los aficionados del país.El técnico de entonces, Sergio Batista, mandó un equipo A a medias que terminó en B minúscula y, para colmo, se guardó a la Pulga, con lo que faltó ala palabra empeñadaen la conferencia de prensa.Para mayor indignación del público, Messi ni siquiera saludó cuando fue presentado.La imagen de la...

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