Drogadicto se aprovechó de confianza de niño para mutilarlo

Redactores y corresponsal

Un drogadicto se aprovechó de la confianza que le tenía un niño de 8 años para aparentemente degollarlo y mutilarlo, la tarde del sábado, en una vivienda en la calle El Edén de Guácimo, Limón.

En apariencia, después de cometer el asesinato, el supuesto agresor dejó el cuerpo en el río Jiménez, que divide los cantones de Guácimo y Pococí. A las 10:40 p. m. de ese mismo día, un vecino halló sus restos.

Por estos hechos, un sujeto, de apellido Campos Mendoza, de 23 años, fue detenido la madrugada del domingo en esa misma zona. Las autoridades indicaron que él es conocido por ser adicto al crack y a la marihuana y porque ha sido pasado por cometer delitos como robo y hurto.

La víctima es un menor que cursaba el segundo grado en la Escuela de Jiménez y era el mayor de tres hermanos.

Artimaña. Al parecer, el sospechoso era conocido de la familia del pequeño, debido a que en varias ocasiones les había ayudado a recolectar frijoles que sembraban en un terreno y porque vivía a 100 metros de la casa del niño.

Pese a ello, el menor no solía tener mucha relación con el detenido, por lo que se presume que Campos usó unos gatos para conseguir la amistad del pequeño y lograr que ingresara a su casa, el sábado por la tarde.

Mientras el niño estaba con Campos, sus padres creían que él estaba jugando en la vivienda de otro vecino. Empero, conforme las horas pasaban y el pequeño no regresaba, sus papás comenzaron a alarmarse.

A las 4 p. m., ambos salieron en busca del menor. Hasta ese momento, lo único que se sabía era que el niño le había pedido permiso a su papá para ir a la casa de un amigo. Pero en esa vivienda no estaba.

Una hora después pidieron ayuda a la Fuerza Pública, pero aún no daban con su paradero.

Cerca de las 6:30 p. m., un vecino le indica al papá que buscara en la casa del drogadicto, porque lo había visto ingresar ahí.

El padre fue a ese lugar y, como no le abrían, derribó la puerta y encontró rastros de sangre en una cama y en la pared.

Siguió registrando la casa y, luego, encontró un goteo en unas escaleras traseras que colindan con el río. Además, halló las prendas de vestir de la víctima en un matorral.

Cruzrojistas, policías, vecinos y algunos familiares comenzaron a peinar la zona y, a 300 metros de esa casa, el cuerpo del menor apareció desnudo, sin cabeza y con los genitales mutilados.

Según narró Marvin Picado, uno de los vecinos que halló los restos, la impresión fue muy grande y durante diez minutos...

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