La economía colaborativa como causa de la ineficiencia del Estado

MichelleChinchilla

El autor David de Urgarte hace sendas definiciones paradigmáticas sobre las nuevas formas de conectarse en sociedad. Son lo que Manuel Castells llama 'la sociedad red', la cual consiste en la interacción humana por medio de procesos digitales y multimodales en los que los usuarios consumen y crean información. Lo particular es que ya no es al estilo centralizado ni descentralizado porque, según De Ugarte, ahora nos movemos de manera distribuida. Esto significa que el consumo de información, la interconexión con la gente y la propuesta de iniciativas se dan de forma libre, sin necesidad de pasar por filtros o autoridades que nos den el permiso para accesar a otros mundos, otras redes u otras personas.

Cuando existía el telégrafo, la información circulaba centralizadamente porque había un grupo específico que la controlaba, la distribuía y la filtraba, lo cual hacía que solo le llegara a ciertos grupos élites. Posteriormente, llegó la comunicación descentralizada, es decir, hubo una expansión de la información gracias al avance tecnológico que democratizó el acceso a los datos. Sin embargo, este acceso generaba una relación vertical entre los consumidores de información y los grandes y poderosos grupos económicos o políticos que podían crearla y distribuirla, por tanto, el modelo se configuró entre los que consumían y otros que vendían, y siempre se requirió de un gran nodo o jerarquía para poder obtenerla.

No obstante, hoy eso ya cambió. Existen las redes distribuidas que consisten en la capacidad de comunicarse, consumir y distribuir información a través de un clic, aplicación móvil o plataforma global. Gracias al avance en las tecnologías de información, a la digitalización de la información y a las redes sociales, ya no dependemos del gran nodo o autoridad para poder disfrutar de información de cualquier parte del mundo, ni tampoco necesitamos del poder económico para poder distribuirla o proponer alguna iniciativa colectiva. Basta con que haya un netócrata o sujeto legitimado en la sociedad red que genere contenido y lo distribuya en su nodo.

Así, las redes hoy dibujan esas nuevas maneras de comunicarse, interactuar y vivir. Es una realidad que nos gobierna y nos dicta el cómo compartimos con la gente cercana y lejana. Existe una libertad que no está regulada, ni tampoco está definida por el imperio de la ley; cada quien ve, lee y comparte el tipo de información que más le interesa y la que no, simplemente la ignora...

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