Empleada doméstica lleva 30 años sin seguro

María Rosales, de 44 años, trabaja como empleada doméstica desde que era una niña. Empezó a la edad de 11, como la única salida que halló para escapar del matrimonio al que su papá quería someterla. Entonces, tomó sus cosas, salió de Liberia y viajó a San José.

Treinta y tres años más tarde, ella todavía labora en casas. De hecho, es la única ocupación que ha tenido, con excepción de haber trabajado en una venta de pollos y en una fábrica de chocolates.

Ya perdió la cuenta, pero calcula que ha tenido unos 100 patronos. Algunos han sido buenos, otros no tanto, y de un par cuenta que, inclusive, sufrió abusos.

Tres décadas de trabajo doméstico le han sumado experiencia e historias de todo tipo, pero en ninguno de los empleos ha tenido seguro social. Cuando empezó en el oficio, ningún patrono se lo ofreció, ni ella tampoco lo pidió.

'No sabía nada, pues venía del campo. ¿Qué me iba a poner a exigir seguro?', contó.

En ese momento, posiblemente tampoco se imaginaba que tendría que buscar la forma de duplicar sus energías para cumplir, cada día, con dos o más rutinas domésticas: la de su casa y la de sus patronos, al punto de convertirse en una especie de miembro adicional de esas familias.

'Yo digo que la empleada doméstica es como una segunda esposa para el patrón: hacemos desayuno, almuerzo, cena, tenemos que criar a los hijos... Es cansado, y luego llega uno a hacer lo mismo a la propia casa', confesó.

Ahora, entiende la importancia de estar asegurada. Se planteó pedirle ese garantía a un patrono con el que empezó a trabajar desde hace seis años, pero se llevó una decepción cuando el jefe le respondió que, para pagarle el seguro, tendría que rebajarle un alto monto de su salario.

Nueva opción. Ese tipo de situaciones son las que quiere evitar la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS) con la reciente entrada en vigor de una nueva modalidad para asegurar a las empleadas domésticas por horas, en la que se reduce el costo patronal a la mitad.

Con la alternativa, un patrono que paga un salario mensual de ¢100.000 a una servidora doméstica, tendría que desembolsar ¢27.859 por concepto de seguro, cuando antes debía pagar ¢54.058 mensuales.

La Caja busca mejorar las condiciones de las trabajadoras domésticas en el país, pues hoy tan solo un 30% de las 170.575...

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