Encrucijada institucional

Sin ser chauvinista, un elemento diferenciador del desarrollo económico y social costarricense ha sido, sin duda, la construcción temprana de una sólida estructura institucional, no solo en sus aspectos formales, sino, además, en su capacidad para crear espacios de convivencia democrática.Este hecho tiene un peso importantísimo a la hora de explicar la mejora en los niveles de bienestar de la población durante los últimos 200 años.Evidentemente, no todo ha sido miel sobre hojuelas, tampoco se trata de construir un mito. Empero, la solidez institucional fue un aspecto fundamental que permitió, en momentos retadores de nuestra historia, generar los cambios económicos, sociales y políticos requeridos por las circunstancias, preservando no solo la estabilidad, sino, también, una preocupación genuina por la equidad y el acceso a las oportunidades.Esta fortaleza es algo que el resto del mundo reconoce, por ejemplo, en el ámbito económico, e incluso en coyunturas complejas como la actual, el desarrollo institucional contribuye a compensar, en la percepción que tienen de Costa Rica en el exterior, los efectos negativos de los desequilibrios macroeconómicos.Por esta razón, momentos de crisis como los actuales -en donde presuntos casos de corrupción salpican los poderes públicos- implican retos mayúsculos que deben abordarse con rapidez, pero con cuidado.Primero, pese a los hechos y al desasosiego que estos generan, debe reconocerse que las instituciones costarricenses siguen mostrando...

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