Enfermeras padecen larga y agotadora travesía en busca de un trabajo estable

Hace más de 30 años, Marieta Hernández Picado dio sus primeros pasos como enfermera.En esos tiempos, ella leía en los periódicos grandes titulares que anunciaban un faltante superior al millar de enfermeras en todo el país.Eran otras épocas, Hernández hasta se dio la libertad de renunciar a su empleo de entonces para escoger, sin complicaciones, el lugar y la plaza que necesitaba.Una historia muy distinta tiene una enfermera de hoy, quien luego de graduarse se vio obligada a pasar cuatro años trabajando como pastelera en una cadena de supermercados, mientras conseguía trabajo en un hospital de la CCSS, principal empleador de este recurso humano.Hay otras cientos que invierten años trabajando como auxiliares de Enfermería mientras esperan por una plaza como enfermeras profesionales. Es una categoría menor, con un salario menor y labores menos complejas que aquellas para las que fueron capacitadas.Hoy, definitivamente, nadie podría darse la libertad que Hernández se tomó a finales de los 80.El egreso de unos 1.000 profesionales al año de las ocho universidades que ofrecen la carrera, sumado al lento crecimiento de plazas nuevas para estos trabajadores en la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS), ha generado una precarización del empleo, afirma el Colegio de Enfermeras de Costa Rica.Según esa organización, 2.500 de los 18.586 profesionales inscritos están desempleados. De esos 2.500, el 82% tiene entre 20 y 34 años de edad.El desempleo entre estos trabajadores sobrepasa el 17%, seis puntos por encima de la tasa nacional, tomando como base a las 14.616 enfermeras y enfermeros activos inscritos en ese Colegio.La gran ironía es que según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud debe haber nueve enfermeras (en el ejercicio de la profesión) por cada 10.000 habitantes, en Costa Rica hay 4 por cada 10.000.Quienes planean trabajar en la CCSS, son conscientes de que tienen que empezar como auxiliares o como asistentes de pacientes, con un salario menor.Además, deben esperar años, y muchos, en la lista de elegibles para una plaza de enfermera profesional que administra cada uno de los 29 hospitales públicos.En el Hospital San Juan de Dios, según Marieta Hernández, subdirectora administrativa de Enfermería, en promedio se esperan seis años para lograr un ascenso.En los hospitales regionales, como el Escalante Pradilla, de Pérez Zeledón, esos plazos pueden multiplicarse varias veces.Andrea González Venegas, graduada como profesional desde hace cuatro años en una de las siete universidades privadas que imparten la carrera, es auxiliar en el servicio de Neurocirugía de ese hospital capitalino."Desde que ingresé al hospital me incorporé a la lista. Es un poco tedioso porque somos demasiados y la lista a veces se estanca por falta de plazas."Tenemos bastante claro que pasarán algunos años así; dependemos de la pensión de muchos que todavía están jóvenes para retirarse", comentó González, quien aún está pagando el préstamo que sacó para obtener la licenciatura, requisito básico para inscribirse en el Colegio y ejercer.Este tipo de estrategias tiene un nombre en el Colegio de Enfermeras. Se le llama "operación arroz y frijoles", y son cada vez más frecuentes, contó su presidenta, Griselda Ugalde Salazar.Las enfermeras profesionales, además, padecen el recargo de nuevos programas que deben asumir, en el caso de la Caja, en jornadas extraordinarias para lograr dar abasto...

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