Errores y corrupción, males persistentes

La complicidad de vigilantes y reclusos, la falta de capacitación y los descuidos en seguridad no son problemas nuevos en las cárceles costarricenses.En algunas ocasiones -las menos- esa combinación resultó en una fuga exitosa, como ocurrió en agosto del 2001 cuando Alexánder Vargas Rojas, alias Repollo , salió tranquilamente del centro penitenciario La Reforma, en Alajuela, vestido de policía.El convicto, responsable de tres homicidios, fue recapturado siete meses más tarde.También ocurrió en el 2006, cuando ocho reos huyeron de La Reforma en horas de la madrugada tras matar a un policía.Un día después del hecho se habló de vigilantes dormidos al momento del escape y de barrotes que cedieron fácilmente.'La fuga evidenció un importante grado de vulnerabilidad', dijo en aquella ocasión la entonces ministra de Justicia y hoy...

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