Una escapada a los regazos del cerro Chirripó

La mañana llega a las faldas del Chirripó para permitir reconocer las sombras del cerro Urán -compañero inseparable del cerro más alto del país -.El trío lo complementa el cerro Ventisqueros, un poco más bajo que el Chirripó. Y en los regazos de esos tres grandes guardianes reposa el pueblo de San Gerardo, comunidad que recibe y despide a caminantes que buscan conquistar el majestuoso cerro a 3.820 m de altura.Lo que muchos de esos caminantes no descubren es que esa comunidad se ha convertido en un motivo para dar un respiro en la zona sur y recordar las noches de tertulia, los jardines sin portones y las tardes con olor a café recién chorreado entre reservas naturales y aguas termales.La zona es conocida como Tierras de las Aguas Eternas, en honor a las numerosas fuentes de agua y la variada oferta turística para caminantes, amantes del ecoturismo, seguidores del mountain bike y del turismo rural.Las actividades de la comunidad van desde lechería, producción de café y hortalizas, hasta conservación de bosque y turismo. De este último se beneficia directa o indirectamente casi el 70% de la población, según datos de la Cámara de Turismo Rural Comunitario Chirripó (Caturcochi).La pintura de un puebloEl arte hace una pausa en la plástica para que las costumbres de la comunidad se impregnen en el lienzo de una artista que hereda su pasión a la familia.Su casa es una segunda galería de exposición que recupera las historias contadas de boca a boca sobre la conformación de las comunidades aledañas.La historia de esos pueblos se retrata entre los pinceles, colores y creatividad de Carmen Monge.De pintar 'tiene toda la vida', pero hace un año y medio que comparte sus obras con el público en la galería.En el proyecto está involucrada toda su familia y el trabajo de sus hijas se aprecia entre los bocetos que acompañan la galería.Un vivero complementa la propuesta con anturios, margaritas, pomas, astromerios y una que otra planta carnívora 'atrapamoscas'.Si ubica esta visita entre los primeros pendientes de su viaje, podrá comprender con mayor facilidad la sencillez y el calor de un pueblo en el que se convierten en dueños de las calles los peatones, los vehículos y el transporte a caballo por igual.Una pausa suizaEl queso natural y artesanal de la zona tiene el sello de la familia Mata. Lo que inició como un proyecto de lechería -allá por 1979- se convirtió en la Fábrica de Quesos Suizos Canaán.Sus productos se comercializan principalmente en la feria del agricultor...

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