Una escritora egoísta

Pocas escritoras son tan egoístas como la mexicana Elena Poniatowska.Sí, la ganadora de los premios Alfaguara de Novela 2001, Seix Barral Biblioteca Breve 2011 y Miguel de Cervantes 2014 tiene serios problemas para compartir a sus lectores con otros libros o actividades.Quienes han saboreado sus páginas saben que es complicado encontrar tiempo para leer obras de otros autores.Sus escritos envuelven como una telaraña y atrapan como una ostra. Se interrumpe la lectura solo porque hay que atender compromisos y responsabilidades o porque el libro -lamentablemente- llegó a su final.En efecto, las historias de esta señora de 82 años (una cálida y mágica abuela cuando se conversa con ella) son más que un seductor guiño de papel y tinta: una apasionada -y en ocasiones tormentosa- relación literaria.Basta con leerTinísima, Leonora, Paseo de la Reforma y Octavio Paz: Las palabras del árbolpara experimentar el tipo de adicción que despiertan las obras de esta periodista nacida en París, Francia, pero que vive en México desde los nueve años de edad.Su familia -padre aristócrata polaco y madre mexicana- llegó al país de los escritores Juan Rulfo y Juan José Arreola en 1942, huyendo de la invasión nazi.Personajes inolvidables¿El secreto de su egoísmo literario? Se trata de una alianza entre tres elementos.Primero, la calidad de su pluma. Es una autora madura que sabe contar historias. Sus relatos son profundos, aun cuando breves (crónicas periodísticas y novelas cortas), y amenos a pesar de voluminosos (por ejemplo, las 660 páginas de Tinísima , de la editorial Biblioteca Era, y las 508 deLeonora, de Seix Barral).Segundo, la visión que ofrece acerca de distintos hechos...

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