El escupitajo

Jacques Sagot

jacqsagot@gmail.com

El escupitajo es un manifiesto, un gesto grávido de significación. He aquí todo lo que un hombre le expresa a otro, con esta agresión infame, oprobiosa.

'No soy yo quien te odia, sino mis vísceras, mi entraña, los mecanismos más automáticos de mi ser. Por eso te ofrezco mi mucus , mi saliva, los más viscosos de mis fluidos corporales. Con ellos elaboro en mi boca un proyectil, y te lo disparo a la cara. Hubiera preferido defecar u orinar sobre vos, pero estándome la evacuación pública de tales materias prohibida, opto por un cuajo de flema moco-bronquial. Con ella te digo que te detesto desde las más íntimas, recónditas cavidades de mi cuerpo. Al hacerte depositario de mi gargajo, te homologo a una letrina, un caño o, por decir lo menos, una bacinica.

Te regalo con ello no menos de 80 millones de bacterias. Porque ?entérate? mi saliva es un marasmo, un pestilente pantano habitado por bacterias, virus, hongos y protozoos. ¡Y ahora todo ese zoológico es tuyo! Son alrededor de 700 variedades de microorganismos, y yo los deposito sobre tu rostro, sobre las mucosidades de tus ojos, de tus labios, o te los cuelgo del pelo, a la manera de una 'ornamental' guirnalda. No mereces el insulto verbal ?no hay palabra que encapsule el desprecio que mi inspiras? ni el puñetazo: tengo que herirte de una manera que no solo te lesione...

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