Las espinas del cetro herediano

Amado Hidalgo

hidalgo.amado36@gmail.com

A Herediano hay que aplaudirle porque nadó contra corriente todo el torneo, se sobrepuso a su pasado, al ridículo de aquella noche en el Azteca, al cansancio de los juegos en fila, a la salida de su técnico, a los fantasmas de finales perdidas, a la tanda fatídica de los penales. A todo.

Pero hay que reprocharle su ligereza ante un torneo serio, su inconstancia, la noche en que ridiculizó al fútbol tico, la improvisación a la que apostó otra vez, la inestabilidad de sus porteros, de su banquillo, de su balompié.

El Team ganó con justicia la semifinal y la final. Pero no merecía ser campeón. Puede sonar contradictorio y duro. Pero así es. Porque su título es un premio muy grande para un club que juega a la ruleta rusa con los entrenadores, que usa a un técnico como su 'muñeco de la buena suerte', un salvatandas, con el que echa a la basura sus planes de largo plazo a cambio de un campeonato forjado en un mes.

Ahora Odir se quedará por la presión del aficionado, y una vez más demostrará que no es técnico para un proceso. Lo despedirán a medio camino, vendrá otro como tantos que han desfilado en los últimos años. Y en cualquier otro torneo, el brasileño será convocado, a falta de unos juegos, para que les consiga otro título y los salve.

La fórmula de los directivos florenses parece fácil. ¡Sacar un genio de la botella y pedirle un deseo! Entonces La...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR