Una esquina famosa por extravagancias y escándalos

Andrea Solano B.

La fastuosidad de la casa Matute Gómez es proporcional a la cantidad de historias -unas ciertas, otras no tanto- que la han acompañado durante toda su historia.

Construida en 1932 por el ingeniero civil Francisco Jiménez Ortiz, esta residencia se caracteriza por un estilo arquitectónico ecléctico, pues combina influencias neoclásicas, neocoloniales y modernistas.

Esa imponente vivienda y la paz que se respiraba en la capital de un pequeño país centroamericano llamado Costa Rica, fueron suficientes para anclar en el país al general Santos Matute Gómez con sus dos hijas.

Él llegó al país en 1936 como exiliado político, pues un año antes había fallecido su medio hermano: el dictador venezolano Juan Vicente Gómez.

La reputación que Matute Gómez traía de Venezuela no era la mejor: aprovechó su poder como gobernador de los estados de Carabobo y de Zulia, para gestar toda suerte de negocios ilícitos.

En Costa Rica, su mala fama no mejoró. El exmilitar vino al país 'forrado' de riquezas y despilfarró muchos de sus millones en lujos y extravagancias que se aglomeraban...

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