Excesos alimentarios amenazan salud en fiestas de fin de año

Con la excusa de compartir en familia o con amigos los platillos únicos de esta época, los costarricenses beben y comen en exceso durante Navidad y Año Nuevo.Sin embargo, estos gustitos traen consecuencias que pueden verse a corto, pero también sentirse a largo plazo.Los kilitos que se acumulan están entre los efectos más rápidos y notables. No obstante, hay que agregar el aumento en el nivel de azúcar en la sangre y la acumulación de grasa en el cuerpo, explicó la nutricionista Mónica Umaña.Según la especialista, el problema está en que los alimentos que se consumen en grandes cantidades y a deshoras, como ocurre en estas fiestas, tienen un alto contenido de grasas saturadas.En esa lista están los tamales, las harinas refinadas -presentes en queques y otras reposterías-, los azúcares simples de turrones y confites, así como el sodio de salsas y condimentos.Por una parte, el exceso de colesterol y triglicéridos en la sangre eleva el riesgo de enfermedades cardiovasculares y, por otra, demasiado sodio aumenta la presión sanguínea e incrementa la posibilidad de derrames cerebrales en personas hipertensas.La falta de medida en el consumo de carnes rojas y embutidos puede elevar el ácido úrico.La abundante ingesta provoca que el sistema digestivo se esfuerce más de la cuenta, lo que puede causar ardor, acidez, sensación de pesadez, flatulencia, hinchazón abdominal y que la digestión tarde mucho más de lo normal.Esta situación se...

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