Familias perdieron enseres y alimentos por las lluvias

Ana Patricia Rodríguez vivió por segunda vez en menos de un año la angustia de ver entrar un torrente de agua y barro por la cocina, pasar por el pequeño comedor y salir por la única puerta de su casa.Esta mujer habita, junto a su hija, dos nietos -de dos y tres años- y otros dos adultos, un pequeño inmueble en el precario Benjamín Núñez, en Los Guido de Desamparados. La suya es una de las 10 viviendas que el viernes sufrieron las secuelas del paso de la onda tropical número 38.Datos de la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) daban cuenta de que la pérdida de enseres, así como comestibles, ropa y colchones, fueron las principales consecuencias. No fue necesario trasladar personas a albergues.La mayor cantidad de incidentes se produjeron en la tarde y noche; se dieron cuatro en Desamparados (Los Guido y Calle Fallas) y dos en Alajuelita, ambos cantones de San José. También se registraron en Palmares (Alajuela), Santa Bárbara de Heredia, Cartago y Curridabat (San José).La gran mayoría de situaciones se originó por el taponamiento de alcantarillas.También, los aguaceros provocaron cinco deslizamientos; en Coto Brus hubo dos, y Pérez Zeledón, Guarco y Concepción de Curridabat sufrieron uno cada uno. Ninguno generó daños importantes.Este sábado, las familias afectadas recibieron alimentos, cobijas y espumas de parte de la CNE. Asimismo, se ordenó una inspección de los sitios, pues todos se encuentran en áreas de alto riesgo.Inesperado visitante. Repentina. Así califica Ana Patricia Rodríguez, vecina del precario Benjamín Núñez, la emergencia que vivieron.'Eran como las 4 p. m. cuando se nos metió ese montón de barro. Lo único que uno acata es...

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