Farinha se sacude de sus detractores

Guilherme Farinha es muy hábil, tanto que día a día toca el corazón de los jugadores y de la afición de Alajuelense.

¿Cómo lo logra? Simplemente es él, con eso basta y sobra.

El portugués sabe que los seguidores de otros clubes critican cada cosa que hace, pero para él pesa más el hecho de que la mayor parte de los rojinegros le aplauda por su forma de ser y de expresar sus emociones.

Desde que Pablo Gabas se lesionó el 25 de setiembre, Farinha se sentía triste y agobiado.

En el partido contra Herediano, el luso tuvo en sus manos la camisa 97 del volante, como homenaje, dándole el mensaje de que pese a su lesión y de que no jugará por los próximos ocho meses, sigue siendo una parte muy importante de la Liga.

'Algunas personas no entendieron mi gesto, mi actitud de tener la camisa de Pablo Gabas en mis manos, y no lo hacen porque no entienden estas cosas, porque no tienen sensibilidad, pero yo estoy bien conmigo mismo, consciente de las cosas que hago; no me arrepiento de las cosas que hago y que hablo', dijo Farinha.

A su lado. El estratega acompañó al volante en todo momento.

Cuando este jueves el capitán pasó a la sala de recuperación tras la cirugía de la rodilla derecha en la que se le colocó un injerto para reconstruirle el ligamento cruzado anterior, en el Hospital Cima, se llevó la sorpresa de que su entrenador estaba ahí.

'Yo a Farinha lo conocía poco, tenía poco trato con él, y me saco el sombrero con el señor, porque tiene una calidad humana enorme; un tipo que además de ser...

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