Frontera aún cerrada, pero de uso frecuente

Caminantes ticos y nicaragüenses pasan de un lado a otro de la frontera. Van por trillos, cargando sacos con alimentos o ropa.Algunos son indocumentados que vienen desde el país vecino a buscar oportunidades aquí, ayudados por los coyotes. Otros van de regreso a su tierra, ignorados por las autoridades que consideran que no representan un problema. 'Esos ya se van', se oye entre algunos oficiales.La escena es parte de lo que pudo observar un equipo de La Nación el jueves en el sector de Tablillas, a seis kilómetros de Los Chiles, donde se instalará un nuevo puesto fronterizo.Por ahí también transitan camiones cargados con frutas, que cuentan con permiso para viajar hacia una planta procesadora en San Carlos.Los residentes instalados en el lugar son pocos y la presencia de Policía también es escasa. Solo hay una pequeña delegación de la Fuerza Pública en el terreno que está destinado por ley a ocupar las instalaciones de la nueva zona fronteriza.El vecindario más cercano es El Achotal, ubicado tres kilómetros al sur.Al otro lado de la frontera, a unos 100 metros de la línea divisoria, la escena cambia. Hay construcciones de oficinas de aduanas y de Migración de ese país y una carretera que llega hasta Acoyapa. Además, hay presencia de la Policía y del Ejército.En espera. Los funcionarios nicaragüenses están...

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