El futbol, ¿legitima el elitismo?

Como sabemos, a Beckenbauer lo apodaban 'el Káiser'. Una figura del imaginario bélico. Y también, la manifestación de un sentir que podríamos llamar 'nostalgia de la aristocracia'. El 'Rey Pelé', el 'Príncipe Francescoli', el 'Emperador Adriano', Franco Causio, 'el barón del calcio'... La nobleza de sangre y de espada -no la de puro atuendo- pareciese aquí reclamar sus viejos valores, desde el fondo de los siglos.En efecto, es únicamente en el acotado espacio de la excelencia deportiva (salvo por los grotescos anacronismos de algunas cortes europeas) donde la gente está aún dispuesta a reconocer y celebrar la noción de realeza, aun más, de linaje (Beckenbauer, Rummenigge, Matthaus, Lamm en Alemania; Pelé, Zico, Romario, Ronaldo en Brasil; Kempes, Maradona, Riquelme, Messi en Argentina). Unos engendran a otros, en lo que se percibe como un relevo del poder, una estirpe, un fuego sacro que pasa de mano en mano.Es harto significativo, que solo en el deporte la noción de élite se vea purgada de la mala reputación que actualmente la aflige. En medio de una sociedad que repudia, desde el fondo de su 'democratismo patológico' (Ortega y Gasset) toda forma de elitismo (generalmente mal entendido), los periódicos y aficionados -esos mismos que vociferan indignados cuando huelen la connotación excluyente latente en el concepto de élite- corren a celebrar el hecho de que su equipo sea...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR