Luis Guillermo Solís dice que la trocha le dejó un sabor agridulce

Los Chiles. El presidente Luis Guillermo Solís quedó ayer con un sabor agridulce luego de transitar, por primera vez como mandatario, la ruta 1856, ubicada a lo largo de la frontera con Nicaragua.Queda demasiado trabajo por hacer. Esa fue la conclusión del gobernante sobre la obra que impulsó su antecesora Laura Chinchilla como respuesta a la invasión nicaragüense de isla Calero (Caribe norte), ocurrida en octubre del 2010.'Tengo una sensación agridulce. Por un lado contento de que, haciendo un gran esfuerzo, se puede mejorar lo hecho; pero, por otro, preocupado porque es mucho más el trabajo que tenemos que hacer del que yo esperaba', declaró Solís en medio de una gira por la zona.Estuvo acompañado por el ingeniero Guillermo Loría, coordinador del tema de infraestructura de transporte en el Laboratorio Nacional de Materiales y Modelos Estructurales (Lanamme).Según Loría, solo 20 kilómetros de la trocha, de un total de 160 kilómetros, están bien hechos.La vía necesita un trazado que responda a criterios técnicos, así como drenajes adecuados y la compactación de la base de rodamiento, porque hay partes que ya están perdidas, explicó el ingeniero.Si esos trabajos no se hacen, cualquier intervención equivaldría a desperdiciar de nuevo el dinero, continuó el experto.El mandatario recorrió en vehículo el primer tramo de la trocha, en el cantón de Los Chiles. Luego tuvo que seguir en helicóptero, hasta la zona de Sarapiquí. La obra se extiende hasta Delta Costa Rica, donde se ubica isla Calero.Solís se comprometió a reanudar los trabajos ante los vecinos de poblaciones como Delicias e Isla Chica, pero...

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