Hurgar en la construcción

El sábado anterior, mientras cargaba en el carro sacos de cemento, tubos de plástico y bolsas con clavos, recordé la vana promesa que hice tres años atrás: no volveré a meterme en construcción, nunca más. La verdad, me encontraba un poco harto luego de ocho meses de estar consumido en el proyecto de levantar la casa, proceso que puede tornarse extenso y desgastante, aunque necesario, dados los precios de las viviendas.

Como se imaginarán, no pasó mucho tiempo antes de verme forzado a romper mi juramento 'eterno' y, aquí estoy, metido en una remodelación. Pero la experiencia pasada sí dejó muchas lecciones positivas, una de las cuales es la importancia de llevar el pulso a la industria de la construcción para controlar mejor el presupuesto y tener información útil para negociar con depósitos y contratistas.

Cuando comencé la casa, por ahí del 2013, la construcción se encontraba en retroceso como en el 2016, solo que la contracción era generalizada, ocurría tanto en obras residenciales como no residenciales. El año pasado, la industria cayó 4,4% respecto al 2015 (según el avance físico de las obras que calcula el Banco Central), pero la vivienda sumó tres años de crecer.

Conocer el 'clima del negocio' es importante, porque, en momentos de mucha demanda en el desarrollo inmobiliario, puede subir el margen de ganancia en proyectos llave en mano, aumentar la comisión en obras por...

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