Iker lloró en su solitaria despedida

A Iker Casillas se le hizo un nudo en la garganta al despedirse del Real Madrid, ayer, en un emotivo discurso de 10 minutos cargado de lágrimas.

No lo acompañó nadie del club, y ahí solo, en la sala de prensa del Santiago Bernabéu, trató de hacer ameno uno de sus momentos más duros.

Casillas cierra un ciclo de 25 años en el Madrid y eso no es nada fácil. Ahora se vinculará al Oporto de Portugal.

Su discurso fue breve, quería decir mucho, pero no podía.

El excapitán merengue trató de ser valiente, tanto que antes de iniciar dijo: 'Serán 30 segundos, pero tardaré una hora'.

Cuando se llenó de valor para iniciar su adiós, tan solo logró pronunciar: 'En primer lugar, gracias...' Ahí se le entrecortó la voz, tuvo que tomar agua y parar durante algunos minutos.

'Vine a este estadio para despedirme...

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