El 'infierno rojiamarillo' prendió la algarabía de la final del Invierno

Heredia. Nubarrones rojos y amarillos y serpentinas provenientes de cada rincón de las graderías recibieron a los equipos protagonistas de la final.La iniciativa 'Infierno Amarillo 2.0', organizada por los seguidores heredianos, cumplió con las altas expectativas de darle un arranque impresionante al último partido del Invierno.Así se certificó algo que era previsible. Antes del inicio de la final, el Herediano ya había ganado en algo: el mejor ambiente en el trajín del torneo siempre estuvo en el estadio Rosabal Cordero.Una atmósfera familiar y un entorno optimista, marcado por el larguísimo invicto delTeamen casa (19 partidos sin perder y 11 victorias consecutivas por la liga local), son los elementos de un alegre ambiente en el reducto florense.Todo muy bien sazonado por esa pegajosa canción de Javier Rojas y Otto Vargas:Ninguno pudo con él.Además de la algarabía rojiamarilla, había una esquina rojinegra en el reducto. Por lo que desde temprano estaba garantizado que ningún equipo celebraría en solitario el título nacional.El típica canto de 'ahí está el campeón' pocas veces es tan cierto, pues definitivamente el monarca saldría de entre los dos conjuntos dentro de la cancha.La suma de todos esos elementos, así como los aires navideños y la convocatoria de un estadio repleto...

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