Juan Bustos Golobio lloró luego anotarle a Saprissa, club que lo formó

Cartago. Juan Bustos Golobio no pudo contener las lágrimas, el gol que le marcó a Saprissa no fue uno más en su carrera, tenía un sabor especial porque fue ante el club que lo vio nacer como futbolista y que lo formó.

Luego del tanto de ayer, la cabeza de Golobio se llenó de emociones, primero porque ratificó que está de regreso en su más alto nivel, al punto que suma dos anotaciones y dos asistencias con los brumosos, pero principalmente porque atrás parece quedar la amargura por las lesiones y la desazón por sentir que no tenía el respaldo que necesitaba.

'Fue por todo (salir llorando), por anotarle a Saprissa, por marcar con Cartaginés y porque siempre es una bendición llegar al gol. Además, por los momentos que Dios me ha puesto, por salir y luchar, porque solo mi familia sabe lo que he pasado, pero él tiene los planes perfectos', manifestó.

Juan se fracturó el peroné en febrero del 2016 y después de esta lesión su presente en el conjunto tibaseño fue un calvario, no solo por la dolencia que lo alejó de las canchas durante cinco meses, sino que a su regreso no encontró la regularidad que requería.

Sin embargo, los aires que respira hoy en día en la Vieja Metrópoli, luego de salir a préstamo por seis meses, lo tienen como figura y protagonista directo en el liderato que amarraron los centenarios.

'Hubo momentos en los que nadie confía en uno, le dan la espalda y creen que por las lesiones no podía jugar o no sería el mismo. Es difícil, pero solo de la mano de Dios y de la familia se puede salir...

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