Jugador de fútbol playa hasta perdió su trabajo por buscar el sueño mundialista

El anhelo de asistir al Mundial de Fútbol Playa llevó a un grupo de futbolistas a asumir un incontable número de sacrificios: desde renunciar al trabajo hasta viajar diariamente en bus desde Puntarenas o Limón a San José para asistir a los entrenamientos de la Nacional.

Esta es la historia detrás de la Sele que clasificó a la Copa del Mundo de Portugal, luego de derrotar 2 por 1 al anfitrión El Salvador el pasado viernes, en un juego en que toda la banca de Costa Rica terminó hincada y orando, a falta de 40 segundos para la conclusión del cotejo.

Uno de ellos, Danny Johnson, antes de disputar la eliminatoria tuvo que renunciar a su trabajo. No le quedaba de otra, así se lo hicieron saber sus patrones.

'Le dijeron que si viajaba a El Salvador lo despedían. Él sabe que perdió su trabajo, pero es parte del sacrificio. Tuvo que renunciar para venir, porque no le iban a dar el permiso', contó el entrenador Franklin Zúñiga.

Por otro lado, los porteños José Mendoza y Luis Jiménez viajaron durante semanas en bus hasta la cancha de Hatillo 7 para entrenar; tras la práctica, alcanzaban a tomar el último bus que los llevaba de vuelta a su casa a eso de la 1: 30 a. m.

Una travesía similar a la de William Sánchez y Vladimir Adanis, el arquero que destacó en el certamen...

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