Krugman: 'Eric e Irene'

'¿A usted no le queda sentido de la decencia?'. Es la famosa pregunta que Joseph Welch le formuló a Joseph McCarthy, cuando el conocido demagogo perseguidor de comunistas trataba por enésima vez de arruinar la vida a un ciudadano inocente.Y, en estos días, es la pregunta que deseo plantear a Eric Cantor, el líder de mayoría de la Cámara de Representantes, quien ha hecho más que cualquier otra persona para hacer del chantaje con políticas -utilizando estadounidenses inocentes como rehenes- un procedimiento operativo corriente del Partido Republicano.Hace pocas semanas, Cantor era el duro en el enfrentamiento sobre el techo de la deuda; estaba dispuesto a poner en peligro la credibilidad financiera de los Estados Unidos -con lo que pondría en riesgo toda la economía- con el fin de lograr concesiones presupuestarias del presidente Obama.Ahora lo hace de nuevo, esta vez respecto a la ayuda para desastres, logrando titulares al insistir en que cualquier ayuda federal para las víctimas del huracán Irene se compense con recortes en otros gastos. Amenaza con tomar como rehenes a las víctimas de Irene, que recién golpeó la costa este del país.Los críticos de Cantor no han titubeado en acusarlo de hipocresía, y con buena razón. Después de todo, él y sus colegas republicanos no mostraron interés comparable en pagar las gigantescas iniciativas desfinanciadas de la administración Bush. En particular, no hicieron nada para compensar el costo de la guerra de Iraq, que ahora está en $ 800.000 millones... y sube.Y resulta que en el 2004, cuando su natal estado de Virginia fue golpeado por la tormenta tropical Gastón, Cantor votó en contra de una ley que hubiera requerido el mismo tipo de regla de prepago que ahora promueve.Pero, como veo las cosas, la hipocresía es un asunto secundario en este caso. El punto debe ser el extraordinario nihilismo que ahora despliegan Cantor y sus colegas, su disposición para desacatar abiertamente todas las convenciones usuales del juego limpio y, bueno, de la decencia, para obtener lo que quieren.No hace mucho, un partido político que buscara cambiar las políticas estadounidenses trataría de alcanzar esa meta sustentándose en apoyo popular para sus ideas y después poniendo esas ideas en práctica mediante legislación. Esa, después de todo, es la forma en que se diseñó el funcionamiento de nuestro sistema político.Pero hoy el Partido Republicano ha decidido pasar por alto todo eso y tomar una ruta más rápida. No importa obtener suficientes...

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