LEY DE ALIVIO PARA LOS DEUDORES EN DÓLARES

Fecha de publicación14 Septiembre 2022
Número de registroIN2022674389
EmisorPoder Legislativo

LEY DE ALIVIO PARA LOS DEUDORES EN DÓLARES

Expediente N° 23.295

ASAMBLEA LEGISLATIVA:

Actualmente, el mundo está siendo afectado por la combinación de tres crisis inéditas y de alto impacto económico, social y político: las secuelas por la pandemia de la covid-19, la crisis de los contenedores con efectos negativos en los costos de transporte y la cadena global de suministros, y la crisis bélica por la invasión de Rusia a Ucrania.

Esta situación llevó al Fondo Monetario Internacional, en sus recientes Perspectivas de Crecimiento de la Economía Mundial, a reducir la tasa esperada de crecimiento del 2022 de un 4,4% al 3,6% y a estimar que el nivel de inflación en los países desarrollados se ubicará cerca de 6% y en los países emergentes, como el nuestro, cercana al 9%.

Ante este panorama, los bancos centrales han empezado a endurecer sus políticas monetarias y a recoger liquidez, lo cual genera una escala creciente de tasas de interés. Tanto las tasas de interés mayores como la inflación, producen un efecto recesivo en la economía al reducir el poder de compra de las familias y las empresas, lo cual incidirá en un mayor nivel de desempleo.

El presidente y director ejecutivo del Banco JP Morgan Chase, Jamie Dimon, sugirió a los inversores prepararse para “un huracán” en el ámbito económico. En la misma línea, el 24 de mayo de este año, durante el Foro Económico Mundial en Suiza, el vicecanciller de Alemania dijo que “existen al menos cuatro crisis actuando conjuntamente: alta inflación, pobreza alimentaria, crisis energética y climática, y se avecina una tormenta económica mundial.”

Finalmente, dos días después, el presidente del Banco Mundial, David Malpass, alertó que “la recesión económica mundial parece inevitable por la escalada de los precios de los alimentos y la energía, y son los países en desarrollo los más propensos a entrar en una recesión por su alta dependencia de estos bienes, así como de los fertilizantes.”

En el caso particular de Costa Rica, que ya venía con una situación fiscal desbalanceada y con una deuda del Gobierno central y del resto del sector público creciente respecto al producto interno bruto, la crisis bélica en Ucrania ha impactado de forma importante el precio de los alimentos y de los combustibles, con un incremento del 118% en el diésel, pasando de ¢464 colones antes de la pandemia a ¢1.012 colones para mayo del presente año, y del 85% en la gasolina regular, la cual se movió de ¢555 colones el litro a ¢1.024 colones.

Esta inflación importada está haciendo que los salarios reales muestren un claro deterioro, reflejando que el nivel de poder de compra, especialmente de los quintiles de ingresos más pobres del país, se deteriore drásticamente. El Colegio de Ciencias Económicas estima que esta situación puede llevar a que 68 mil nuevos hogares caigan en pobreza y 33 mil adicionales en pobreza extrema. El cuadro siguiente muestra la tasa interanual de crecimiento de abril 2019 a abril 2022 de los niveles de inflación y los salarios mínimos reales.

Gráfico, Gráfico de líneas Descripción generada automáticamente

Uno de los problemas estructurales más significativos que tiene nuestro país, y que se vio acrecentado por los altos niveles de inflación, es el nivel de exposición que tienen las empresas y las familias a las fluctuaciones al tipo de cambio del colón respecto al dólar, especialmente en aquellos que tienen deudas en dólares y no son generadores de ingresos en estas divisas.

Esta debilidad ha sido señalada desde el año 2014 por parte de las agencias calificadoras de crédito, cuando el país perdió su grado de calificación de inversión BBB- y empezó un deterioro, hasta llevarnos a la calificación especulativa que tenemos hoy en los mercados internacionales, equivalente a B, solo superados por Nicaragua y El Salvador en cuanto a países con mayor riesgo de incumplimiento de pago de sus obligaciones soberanas respecto al nuestro.

Según la agencia calificadora de riesgo, Standard and Poor’s, en uno de sus informes sobre el análisis de la economía costarricense el 21 de diciembre del 2018, como justificante de la reducción de la calificación de riesgo de Costa Rica de BB- a B+, mencionó:

La alta dolarización también limita el margen de acción de la política monetaria del Banco Central. Un cambio inesperado en el tipo de cambio podría ocasionar problemas en la calidad de los activos del sistema financiero costarricense. La alta dolarización del país también limita la habilidad del Banco Central de actuar como prestamista de última instancia. A octubre del 2018, cerca del 40% de todo el crédito al sector privado está denominado en dólares y un porcentaje de ellos ha sido prestado a deudores que no tienen ingresos y otras formas de cobertura al riesgo cambiario. La política cambiaria del Banco Central es la flotación. Para balancear episodios de alta volatilidad cambiaria en los últimos años, el Banco Central ha actuado rápidamente usando sus reservas monetarias e incrementado las tasas de interés.

Desde nuestro punto de vista, la morosidad de los préstamos alcanzará el 3% del total del crédito al finalizar el año 2018 y podría aumentar más, cerca del 3,5% en el 2019. Las pérdidas por incobrables se podrían incrementar aún más, si la devaluación del colón se acelera dada la alta exposición de los bancos comerciales a préstamos en moneda extranjera a personas y empresas sin cobertura al riesgo cambiario.

Los problemas estructurales señalados, junto con los problemas coyunturales presentes, se vieron profundizados en virtud de estas crisis inéditas que distorsionan y desarticulan las condiciones “normales” en que nos estábamos desarrollando como país. El aumento en el tipo de cambio y los choques en los ingresos serían los motivos del incremento en el retraso de pagos de personas con deudas en dólares y generadoras en colones, principalmente para aquellas que cuentan con poca capacidad económica para hacerle frente a cambios en las cuotas.

El siguiente cuadro muestra el total de crédito en dólares, tanto en términos porcentuales como absolutos, a personas físicas y jurídicas por parte el Sistema Financiero Nacional.

Imagen de la pantalla de un celular con texto Descripción generada automáticamente con confianza media

Como se puede apreciar, el total del crédito al sector privado por parte del Sistema Financiero Nacional, supera los $37 mil millones equivalentes a cerca del 57% del Producto Interno Bruto. De dicho total, un 61% se encuentra colocado en personas físicas y un 39% en empresas. Además, según la distribución por monedas, el 64% de las colocaciones de crédito están en colones y un 36% en dólares.

Sin embargo, el problema estructural es que de ese 36%, 14% está colocado en personas físicas no generadores de dólares, es decir, tienen exposición al riesgo cambiario, y un 8% en empresas con la misma debilidad. Solo un 14% de todo el crédito del Sistema Financiero Nacional ha sido colocado en deudores generadores de divisas, de los cuales 2% es a personas físicas y un 12% a empresas.

Es decir, del total de crédito al sector privado, un 22% (a junio de este año) está expuesto a que, ante devaluaciones del colón frente al dólar, le signifiquen un incremento del equivalente en colones del servicio de su deuda sin que sus ingresos o ventas se hayan modificado, pues se mantiene en moneda local. A este fenómeno se le llama exposición al riesgo cambiario, un total de $8,177 millones, el 13% del PIB. De esta suma, $3,128 millones se encuentran concentradas en cerca de 21.000 empresas, el 87% de todas las que deben dólares y $5,049 millones en 772.000 personas deudoras, un 97% de las personas que deben en dólares, ambas al sistema financiero formal. Por tanto, el saldo...

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