LEY PARA EL USO MÁS EFICIENTE, EFICAZ, OPTIMO Y OPORTUNO DE LOS RECURSOS GENERADOS POR EL SISTEMA DE PEAJES

Número de Iniciativa23665
Expiration Date29 Marzo 2027
Fecha de presentación29 Marzo 2023
Fecha de publicación26 Mayo 2023
Tipo de proyectoPROCEDIMIENTO PROYECTO DE LEY ORDINARIO
Autor de la iniciativaCarlos Felipe Garcia Molina,Carlos Andrés Robles Obando,Horacio Alvarado Bogantes,Alejandro José Pacheco Castro,María Daniela Rojas Salas,María Marta Carballo Arce,Vanessa De Paul Castro Mora,Leslye Rubén Bojorges León

ASAMBLEA LEGISLATIVA DE LA REPÚBLICA DE COSTA RICA

PROYECTO DE LEY

LEY PARA EL USO MÁS EFICIENTE, EFICAZ, OPTIMO Y

OPORTUNO DE LOS RECURSOS GENERADOS

POR EL SISTEMA DE PEAJES

CARLOS FELIPE GARCÍA MOLINA

Y OTROS SEÑORES DIPUTADOS

Y SEÑORAS DIPUTADAS

EXPEDIENTE N.° 23.665

DEPARTAMENTO DE SERVICIOS PARLAMENTARIOS

UNIDAD DE PROYECTOS, EXPEDIENTES Y LEYES


PROYECTO DE LEY

LEY PARA EL USO MÁS EFICIENTE, EFICAZ, OPTIMO Y

OPORTUNO DE LOS RECURSOS GENERADOS

POR EL SISTEMA DE PEAJES

Expediente N.° 23.665

ASAMBLEA LEGISLATIVA:

En Costa Rica, a diario se experimentan diferentes problemáticas en las rutas nacionales lo cual resalta la necesidad de modernizar y dar mantenimiento a la infraestructura vial. Es por lo que se debe valorar el nivel de inversión en técnicas y uso de recursos para las rutas que atraviesan diferentes regiones del país, resulta de gran relevancia por cuanto permite abordar las eventualidades, según las condiciones de cada contexto territorial en que se ubican estas rutas.

El uso y la optimización de recursos provenientes del sistema de cobro de la tasa de peaje en Costa Rica supone el seguimiento de opciones -para su respectiva aplicación- que conlleva a un mejoramiento de la vida útil de las carreteras nacionales de las cuales deriva el beneficio y sus rutas alternas, lo cual facilita una situación sumamente ventajosa para el país.

Destinar recursos del sistema nacional de peajes para el mejoramiento de las carreteras nacionales y las rutas alternas posibilita que haya una estabilización y mejoramiento en el uso por parte de los usuarios a través del diseño, evaluación y aplicación de proyectos para enfrentar el problema del mal estado de las rutas, y en casos diversos, enfrentar posibles afectaciones por diferentes causas. Tales afectaciones pueden darse tanto a nivel de recursos y materiales, como en las condiciones de vida y salud de las personas, lo cual permite contrarrestar los efectos en la causa de muertes por accidentes de tránsito, que se ha convertido en una amenaza en Costa Rica, en que uno de los factores que inciden es el mal estado de las carreteras.[1]

La atención a estas rutas nacionales y las rutas alternas se traduce en condiciones de competitividad a nivel económico, puesto que estas rutas son utilizadas por usuarios con diferentes actividades económicas que influyen en el desarrollo social, pues la calidad de vida de las personas depende también del factor de una movilización libre y en condiciones óptimas; en consecuencia, las malas condiciones de estas rutas o el tráfico constituye una limitación al aparato productivo que permite que los habitantes se desenvuelvan en sus dinámicas de desarrollo, por ejemplo, en el informe del Estado de la Nación de 2018 se indica que el congestionamiento vial le costaría a Costa Rica hasta un 3,9% de PIB cada año, debido a que se pierde productividad de los trabajadores que necesitan desplazarse un lugar a otro en la dinámica comercial.[2]

A su vez, con un mejoramiento del espacio de circulación permite un flujo de transporte más optimizado que sigue los objetivos de desarrollo como resultado de avances a través de los años, lo cual ha permitido el progreso humano y la evolución del sistema de transporte, con su aporte en el mejoramiento del nivel de vida de las comunidades. Asimismo, representa beneficios en cuanto aspectos materiales, en consideración de la utilidad de los medios de transporte por los usuarios en la demanda de condiciones más favorables para evitar pérdidas en relación con el funcionamiento de sus vehículos al contrarrestar, -con la inversión y mantenimiento- el deterioro de las rutas que, a su vez, expone el estado de los medios de transporte. En sentido contrario, el poco interés o la falta de recursos para la conservación de las rutas nacionales tiene incidencia en su pérdida de valor, debido a esto es que define las consecuencias negativas que trae sobre los usuarios de las mismas rutas, y la sociedad en general.[3]

El mejoramiento de la infraestructura vial, tanto de las carreteras de las que proviene el peaje, como de las rutas alternas son factor importante que influye en los beneficios sociales y económicos del país, por lo que la poca atención y deficiencia en la inversión y administración de este tipo de infraestructura, supone efectos negativos en la economía nacional y el bienestar social. Debido a que las carreteras nacionales y sus rutas alternas constituyen una plataforma para la dinámica económica nacional, a las que también se les da un valor agregado, debido a diversos elementos que influyen en la actividad del transporte carretero, como las cuestiones de insumos de combustibles, equipos de transportes, productos transportados que dinamizan la economía, entre muchos otras.

Existe una relación en el uso de estas carreteras y rutas alternas, y los efectos del pasar del tiempo, por lo que el envejecimiento de las mismas hace que requieran una adecuada conservación, puesto que estas condiciones hacen que se aumente su fragilidad, así hay mayor susceptibilidad de que, las rutas como tal y las personas que utilizan estas rutas, sufran inconvenientes, lo cual se traduce a una situación desfavorable, póngase por caso las afectaciones del sistema de transporte en relación con la generación de externalidades, debido a la limitada infraestructura vial y su deficiencia, para el año 2005 tales externalidades fueron equivalentes a 1,71% del producto interno bruto, en que la mayor externalidad se originó a partir del tiempo perdido por los conductores por congestión vehicular (1,23%), el 0,30% por accidentes de tránsito y el 0,18% producido por el gasto generado por pérdida de combustible como consecuencia de la congestión.[4]

El aumento en el flujo del tránsito seguirá siendo un factor de desgaste de estas rutas, principalmente en función de la necesidad de uso de vías terrestres que dan soporte a actividades sociales y económicas nacionales, lo que incrementa la necesidad de que se les dé tratamiento a estas vías; por tanto, surge la importancia de utilizar los peajes en inversión y mantenimiento, tanto de la carretera que los genera como de sus rutas alternas, que favorece al avance en la maximización de la capacidad de rutas descongestionadas, seguras y con niveles más altos de movilidad.[5]

En las políticas de mantenimiento de las redes de carreteras es importante tomar en consideración su incidencia en las cuestiones económicas y sociales, pues la inversión de los peajes no solo se basa en proyectos que deben ser estudiados en la medida que mejore o no las condiciones de las carreteras nacionales y rutas alternas en relación con costos de materiales y obra, sino también en asuntos que involucran costos, gastos y pérdidas, y demás indicadores, que afectan a los usuarios y con ello la economía del país, en detrimento de la actividad en diferentes áreas de desarrollo; turística, mercantil, y otras, así como temas de salud, gastos de diferentes instituciones, tiempos de recorrido, estado de ánimo de conductores y demás.[6]

Es decir, el uso de los recursos de peajes no solo supone la inversión monetaria para la mejora de las rutas, pues también es ventajoso para la sociedad en general en otros sentidos, porque se basa en costos de colocación y mantenimiento que, a corto, mediano y/o largo plazo, en contraste con los resultados del funcionamiento de otros sectores económicos y sociales gracias a este uso de los recursos del peaje, tiene menor valor,[7] por ejemplo, al valor equivalente en el caso de las vidas perdidas por accidentes viales y demás pérdidas monetarias por distintas eventualidades, que se evitan con el financiamiento en inversión para proyectos de las rutas en cuestión.

Precisamente, en lo que respecta al problema del presupuesto es que el uso de los peajes recaudados en estos términos conlleva a la priorización de redes de carreteras en zonas específicas en que se da una intervención, con la finalidad de robustecer el bienestar social, en que se incluye la importancia económica y social; tanto a nivel funcional, en la oferta de servicios a usuarios; como en su condición estructural, en cuanto a las capacidades de la vida útil de la ruta como tal, según las vías incorporadas en la legislación para hacer uso de estos recursos.[8]

La solvencia de esta problemática encuentra sus limitaciones en el acceso a presupuesto y con ello una barrera para el incremento del bienestar...

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