Limón, la última víctima del temible triunfalismo

Eduardo Baldares

Periodista ebaldares@gmail.com

Quienes lo padecen, cuesta que lo acepten. 'Son cosas del fútbol'. 'La suerte no nos acompañó'. 'Fue culpa del árbitro'. 'No tenemos una plantilla tan amplia como nuestros rivales'. Ponen excusas de todo tipo, pero pocas veces reconocen que fueron derrotados por ellos mismos, al dejarse perforar por un peligrosísimo rival interno: el triunfalismo.

Ejemplos hay por doquier. Recientes y cercanos, varios. Recordemos la Selección Nacional que disputó la hexagonal rumbo a Sudáfrica 2010. Tras conquistar 12 puntos de 15 en la primera vuelta, el DT Rodrigo Kenton al parecer pensó que dirigía a una potencia continental e inclusive mundial. Los dirigentes se embarcaron (y naufragaron) con él. Le creyeron que podía ganar Copa Oro y continuar las eliminatorias campante, pero no salieron los cálculos (o la falta de ellos), y sobrevino la desgracia. No dieron descanso a los titulares en la justa regional, Costa Rica fue eliminada antes de lo previsto y siguió directo a la segunda vuelta de la eliminatoria, donde se vio prepotente, al jugar sin cuidados defensivos, abierta de par en par, contra Honduras (4-0), México (0-3) y El Salvador (1-0). Esos tres reveses consecutivos sin hacer un solo gol a rivales pragmáticos costaron caro.

A veces es la propia afición la que emite las vibras triunfalistas, contagiando al plantel. La fiesta que armaron los cartagineses luego de vencer al Team en la final del Verano 2013 fue estridente...

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