Luis Fernando Suárez, el exorcista de la Selección de Costa Rica

La Selección de Costa Rica está en el Mundial a pesar de sus dirigentes, la pobreza del campeonato, el nivel de su legión extranjera, los malos augurios periodísticos y el largo y justificado divorcio entre afición y equipo.La Sele volverá a Qatar en noviembre gracias a que los milagros futboleros existen, a que hay santos vestidos de guardameta, milagreros llegados desde Colombia, viejos héroes del 2014 que aún encajan su uniforme con dignidad, y a la aparición de jóvenes que se lo han puesto sin miedo y con sello de calidad.La clasificación fue una película de suspenso. De esas en donde el muerto aparece en la agonía del filme, destruyendo las teorías de todos en la butaca, reconstruyendo la historia a partir de lo accidental, de lo inverosímil, de la épica o, sencillamente, porque al guionista se le ocurrió que el final debía ser feliz.La película podría llamarse de muchas formas. "El santo de las manos benditas", "Resurrección con gol agónico", "Los postes mágicos de Keylor", "Una serie de eventos afortunados", "La rebelión de los viejos caudillos", "El santísimo VAR", "El último pasajero a Catar"…Me quedo con "Luis Fernando Suárez, el exorcista". El actor principal: Una especie de monje tibetano, aferrado a la fuerza interior de su filosofía de vida. Con un inicio desesperante para todos, no sucumbió a las críticas ni tormentas y, en medio de la racha positiva, tampoco...

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