Manigordo operado de cataratas no volverá al bosque

Aunque la cirugía de cataratas a la que fue sometido el año pasado sí mejoró su calidad de vida, la visión del manigordo Nicoa no está en óptimas condiciones. Se le dificulta cazar y, sin esta destreza, no sobreviviría por su cuenta en el bosque.

Los manigordos u ocelotes ( Leopardus pardalis ) son nocturnos y dependen de la vista para proveerse alimento.

Nicoa, que fue operadoen ambos ojos, no logra enfocar de cerca.

'Como los felinos tienen que ser tan precisos a la hora de cazar, esto era algo que nos preocupaba', explicó Marta Cordero, médica veterinaria del centro de rescate Las Pumas, en Cañas (Guanacaste).

Si bien el ocelote logra ver a la presa a lo lejos, al acercársele, no la distingue. 'A veces, la tiene a la par y no la ve', agregó Cordero.

Por esa razón, el animal no será liberado y permanecerá en Las Pumas, bajo los cuidados de biólogos y veterinarios.

'Tomar la decisión de dejarlo en cautiverio fue muy difícil, porque el objetivo siempre es liberar a los animales, pero hay situaciones que lo ameritan, porque no podrían sobrevivir en el bosque', dijo Cordero.

Aparte del problema de vista, otra razón que justificó el cautiverio fue su conducta amistosa con las personas; es decir, se comporta como mascota y, en un animal silvestre, eso puede ser peligroso, tanto para él como para la gente.

'Juega brusco, por lo que tiende a ser violento y eso entraña peligros', manifestó la médica veterinaria.

Operación. Nicoa fue decomisado por funcionarios del Área de Conservación Tempisque (ACT), en noviembre del 2015.

Se encontraba en una finca ubicada en Nicoya, donde unos peones hallaron la cría en un potrero y, al creer que era huérfana, la trasladaron a su casa.

Cuando llegó a Las Pumas, el manigordo tenía cuatro meses y presentaba un problema de cataratas en ambos ojos, que le causaba una visión borrosa.

En enero del 2016, el felino fue sometido a unacirugía, la cualestuvo a cargo de Hugo Gamboa, médico y cirujano veterinario de OftalVet, así como del anestesiólogo Adrián Cartín.

Elprocedimientocostó $2.500 (unos ¢1,3 millones). Las Pumas y OftalVet donaron $1.200 y el resto se financió gracias adonaciones.

Mediante una incisión de tres milímetros, el cirujano veterinario retiró la corteza y el núcleo del cristalino (parte del ojo que está detrás de la pupila). Solo dejó la cápsula del cristalino, la cual es transparente.

'En felinos, la agudeza visual la da más la córnea que el cristalino. Por habérselo extraído, la pérdida de agudeza...

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