Matanza de Matapalo: 'Ha sido la escena más dolorosa en mi carrera'

A un año de haber ocurrido la masacre de Matapalo, en Santa Cruz, Guanacaste, las heridas aún no sanan; al contrario, siguen marcando a los vecinos, policías y, principalmente, a las dos niñas sobrevivientes.

La Nación volvió a aquel pequeño poblado del Pacífico guanacasteco y elaboró un reportaje basado en personas que fueron parte de aquel 16 de febrero del 2016, día en que encontraron cinco cuerpos asesinados de la familia Beauchamp, quienes fueron masacrados de la forma más brutal por Michael Adrián Salmerón, quien ahora descuenta 30 años de prisión de Nicaragua por esos hechos.

Uno de los involucrados en aquella dolorosa situación es Olman López, jefe de la delegación de Fuerza Pública en Villarreal de Santa Cruz, Guanacaste y quien fue el primero en entrar a la casa y reportar el asesinato al resto de autoridades.

Sus ojos se ponen llorosos y se le quiebra la voz cuando se le viene a la mente aquella sangrienta escena que conmocionó su carrera profesional.

Recuento. 'Uno no quisiera recordar ese momento; ha sido el más doloroso en mi carrera de policía', dijo López, quien lleva 17 años de laborar como oficial de la Fuerza Pública.

Fue el martes 16 de febrero, día en que fueron descubiertos los cuerpos, cuando a las 9 a. m. recibió una llamada para que se desplazara a una casa en Matapalo, donde se escuchaba el llanto de un bebé. A sabiendas de que en esa vivienda se habían dado situaciones de violencia doméstica, López se movió, a toda velocidad, desde la localidad de Villarreal, en una patrulla conducida por su compañero Alsideades Peraza.

Al llegar al lugar, se encontraron con los dos hombres que reportaron el llanto y la casa totalmente cerrada. También escucharon a un bebé llorando, lo que los motivó a actuar y empezaron a llamar para ver si alguien salía de la casa, incluso lanzaron piedras al techo.

Luego de unos minutos, al no haber respuesta, decidieron entrar por la fuerza.

'Jalamos un portón, ingresamos a la parte principal y logramos ver entre las cortinas a una niña hincada, con su ropa como sucia. Nos fuimos para la parte de atrás y observamos en una ventana moscas. Comenzamos a llamar y logramos ver por la ventana que aquella suciedad que veíamos en la niña, en realidad, era sangre. Fue por eso que optamos por tomar una barra metálica que estaba en el patio y comenzamos a golpear la puerta para abrirla', recordó López.

En ese momento, los dos policías creían que el agresor de la niña podía seguir dentro de la casa, por...

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