La mercachiflería se disfraza de ecumenismo en el fútbol

Una reflexión sobre el "ecumenismo" inclusivo, universalista y "democrático" de la FIFA: aumentar la cantidad de participantes al campeonato mundial. No nos engañemos: la iniciativa obedece a la endémica mercachiflería de la organización. Con los 32 equipos que participan actualmente, nos vemos expuestos a un altísimo coeficiente de mediocridad. ¿Un choque Moldavia - Albania? ¿Andorra - Malta? ¿San Marino - Laos? ¡Cielo santo, qué emoción! Rechazo la tendencia "inflacionaria" a aumentar el número de cupos. Echo de menos los campeonatos de 16 participantes divididos en 4 grupos. Comprendo que la geopolítica planetaria ha cambiado: hay más países hoy en día que en 1970 (Yugoslavia se atomizó en seis países). Pero un campeonato mundial no es un mariachi o una rondalla de provincia, sino el coro de la Abadía Westminster: solo deberían estar en él las más excelsas voces del mundo. La inclusividad avillaniza el torneo. El criterio de inclusión debería ser aristocrático y meritocrático, no hincarse ante el prurito mercantil, que se disfraza de ecumenismo y universalismo democrático. La nueva autoridad cesaropapal de la FIFA, Gianni Infantino, "amenaza" con que el mundial de 2022 será jugado por 48 equipos. La...

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