Líneas prepago sirven como arma para estafas y amenazas

'¡Lleve su línea Claro, Kölbi, Movistar a ¢1.000 o a dos por ¢1.000!'.

La frase salida a todo pulmón de la boca de vendedores se expande en puntos concurridos del centro de San José.

Atrás quedaron los tiempos de largas filas para obtener una línea telefónica. Ahora, las prepago de las diferentes operadoras se distribuyen en aceras, pulperías, tiendas y puntos autorizados.

La fácil adquisición ha hecho que, en ocasiones, estas se conviertan en medios para que delincuentes cometan estafas y amenazas. Algunos malhechores, incluso usan la identidad de alguien más para obtener la línea.

Para adquirir un chip y activarlo -en el mejor de los casos-, el cliente solo debe presentar la cédula y pagar el monto respectivo.

Pero en algunos sitios ni siquiera verifican que los datos de identidad que se brindan sean efectivamente los del comprador, según dijeron a La Nación los mismos vendedores y algunos usuarios.

Esta situación preocupa a la Policía, según manifestó el director del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), Francisco Segura.

'El problema es que las comercializan (a través de terceros) y se pierde el control. Entonces, los delincuentes compran cinco o seis chips y con eso secuestran, extorsionan, estafan, etc.

'Luego, nosotros tenemos que probar que el teléfono lo anda determinada persona, aunque está a nombre de otra y es más complicado', explicó el jerarca policial.

El OIJ, Claro y Movistar reconocieron que se dan quejas por usos de identidades falsas para adquirir líneas, pero no tienen contabilizados los casos.

Matías Señorán, gerente de Comunicación de Movistar, dijo que se han identificado 'casos aislados', que fueron resueltos.

La marca Kölbi, del Instituto Costarricense de Electricidad (ICE), informó de que no tiene reportes de ese tipo.

Según un estudio de la Superintendencia de Telecomunicaciones (Sutel), entre el 2011 y el 2012, los ingresos por telefonía prepago aumentaron un 42%. Estos son los datos más actualizados.

Medidas. En una esquina fuera de las oficinas de Correos de Costa Rica, en San José, Isabel Lara ofrece a grandes voces líneas telefónicas.

La mujer cuenta que, en su caso, siempre verifica la identidad del comprador. 'Algunos, por vender, activan las líneas y no les importa a nombre de quién. Yo no', afirma.

Cuando hace una venta, ella debe llamar a la operadora y brindar los datos del usuario. Lara explica que en Kölbi les dan un código de...

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