No basta con su futbol

Si fuese por el caudal futbolístico demostrado hasta el juego del lunes, habría que darle el título a Saprissa. ¡Ya!. Pero la estadística a su favor, el espectáculo y los méritos acumulados, serán solamente un consuelo vano si el próximo sábado no se ciñe la corona largamente esperada.Futbol tiene para merecerlo. Con un arranque incierto, logró conjuntar a sus extranjeros y con ellos agregó el condimento de madurez y sapiencia que se extrañaba en un grupo inexperto, acosado por los viejos fantasmas de los veteranos triunfadores, que se fueron y se llevaron los títulos bajo el recuerdo.Pero aún así, este Saprissa es novicio en esta última instancia, donde rinde el examen final, asaltado por los temores de no alcanzar la nota para ponerse el birrete. Esa es la verdadera prueba morada, la de confrontarse cada uno de sus jugadores consigo mismo, con sus seguridades y temores, con sus fortalezas y sus angustias. La suma de individualidades, rindiendo cuentas a un jurado impaciente y ansioso, tendrá que alcanzar para formar un equipo en toda la extensión de la palabra, unido, fuerte, convencido, inclaudicable.Para mí, Rónald González ya hizo lo suyo. Llevó al equipo a la final con buen futbol, armado de un esquema táctico que mezcla espectáculo y eficacia. Los dejó en la instancia postrimera, pasó el primer puente de ella, y no hay ningún motivo futbolístico para que este Saprissa, el líder de la clasificación, no pueda ganar su última batalla, aún contra un rival de tanto camuflaje y artillería como La Liga.No hay ninguna razón futbolera. Pero está mas que comprobado que para un ida y vuelta final con la corona como premio, el futbol es lo de menos. Se requiere de él para llegar, pero no es imprescindible para...

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