Nobel premia método para explorar 'moléculas vivas'

Cuando comenzó la emergencia por una cantidad inusualmente alta de casos de microcefalia en Brasil, los científicos examinaron en detalle el virus del Zika con el fin de ver si este era el culpable.

Para ello, se requirieron imágenes en tercera dimensión que pudieran mostrar, molécula por molécula, cómo es la estructura del microorganismo y su manera de actuar.

Los científicos pudieron obtener estas imágenes gracias a la tecnología que ayer fue galardonada con el Premio Nobel de Química: la criomicroscopia electrónica.

Esta técnica permite el estudio a fondo de las biomoléculas (también llamadas 'moléculas vivas'), dentro de las que pueden destacarse las que conforman diferentes virus, bacterias y proteínas.

Lo anterior no solo permite comprender cómo funcionan dichas moléculas; también da a conocer sus fortalezas y debilidades, lo cual es vital para entender la evolución de una enfermedad o infección, y para investigar futuros fármacos.

'La microscopia electrónica nos ayuda a trabajar muchísimo a nivel de estructuras muy pequeñas. Podemos, por ejemplo, ver el interior de una célula y observar si hay enfermedades o infecciones por virus, bacterias u hongos', explicó la costarricense Ethel Sánchez, quien trabaja en el Centro de Investigación en Estructuras Microscópicas (Ciemic), de la Universidad de Costa Rica (UCR).

Paula Calderón, investigadora de este centro, agregó: 'En Costa Rica, gracias a esta técnica, se ha logrado el diagnóstico de enfermedades humanas, y en plantas, como en cultivos de café y arroz. Últimamente, también se trabaja en el tema de materiales para dispositivos biomédicos'.

Este método de lentes microscópicos tiene tres 'padres', a quienes la Academia Sueca premió ayer con el Nobel de Química: el suizo Jacques Dubochet, el estadounidense Joachim Frank y el escocés Richard Henderson.

Ellos trabajaron desde laboratorios diferentes y eligieron caminos distintos para llegar a esta tecnología.

Gracias a este tipo de microscopia, los científicos pueden 'congelar' las biomoléculas en pleno movimiento para así analizarlas mejor, entender su estructura en tercera dimensión, visualizar sus procesos y ver cómo las interactúan entre ellas.

Moléculas huidizas. Durante años, la ciencia tuvo problemas para el estudio de las proteínas, virus, bacterias y parásitos pequeños.

Para entender una enfermedad causada por un patógeno, o comprender la síntesis de proteínas, los científicos trabajaban prácticamente 'a ciegas', y las imágenes...

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