Negocios nocturnos se confunden en la elegancia del barrio Amón

Si el expresidente Otilio Ulate (1949-1953) saliera hoy de su vivienda en barrio Amón, se encontraría con Paola, un travesti de 22 años quien cada noche recorre el vecindario en busca de algún cliente nacional o extranjero.El exmandatario, fallecido en 1973, vería, además, su casa convertida en un hotel que cobra ¢6.000 por hora, con ducha caliente y TV.La que fuera una de las primeras zonas en acoger a la clase cafetalera y oligarca de Costa Rica, ahora tiene en vilo a quienes habitan en este punto en el norte de la capital.Entre su arquitectura de estilos victoriano, ecléctico, mudéjar y neocolonial, se mezclan bares, restaurantes, salas de masajes, hoteles, casinos y clubes nocturnos.Molestos. Por ejemplo, el lente de La Nación captó, tras la puesta del Sol, a dos jóvenes que salían con sus rostros cubiertos de un garaje donde cuelga el rótulo: 'open'.Lo que ocurre detrás de esa y otras puertas preocupa a quienes viven en esta zona, al punto de que se organizaron en la Asociación de Vecinos de Barrio Amón, pues creen que hay negocios que se prestan para la 'prostitución'.Los miembros de esta organización vecinal prefirieron mantener su nombre en el anonimato por temor a represalias pues aseguran que en algunos puntos del lugar se practica 'el turismo sexual'.No generalizan. No todos los locales se prestan a eso.Lo que sí dijo uno de los miembros es que 'el extranjero se hospeda en ciertos hoteles, deja sus maletas y se va a lo que llegó'.Uno de los travestis, quien no se identificó, contó que en Amón hay un 'montón' de hoteles que operan bajo tal mecanismo. 'Algunos negocios cobran un adicional por...

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