Nostalgia de fútbol escrito

Roberto García

roberto.comunic@gmail.com

Hace un año dejé de escribir crónicas de fútbol, labor que ejercí por tres décadas en La Nación . Testigo presencial en las canchas, de la butaca al pulso en la sala de redacción, disfrutaba el desafío de plasmar con palabras la faena del sudor de los orfebres en la gramilla, con el callado afán de que algún lector del día siguiente, siguiera mi relato hasta el punto final.

Después del partido, llegaba presuroso al diario, me sentaba ante el teclado y lo primero que hacía era escribir el título. Ese era el norte, la hoja de ruta que seguiría la crónica, el indispensable punto de partida, pese a que, como me ocurría a veces, lo cambiaba a medio camino.

'¿Te hace falta el periódico?', me preguntó mi esposa hace poco, en el transcurrir de una tarde dominical con café y sosiego. 'Bueno, sí, confieso que experimento cierta nostalgia, pero con plena conciencia de que uno cumple etapas en la vida. Y aquellas intensas jornadas vespertinas en la sala de redacción, para mí, ya pasaron', respondí.

La crónica es un género periodístico por excelencia. Exige transpiración, concentración, inspiración y empeño. Es un ejercicio de observación. Requiere del reportero la agudeza de mirar y de registrar cada detalle, dentro y en el entorno de la cancha, con la nerviosa caligrafía que emborronábamos los cronistas del pasado, a punta de tensión, libreta...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR